Hay personajes de la historia en que no todo está dicho, y uno nunca termina de asombrarse de lo que se encuentra por ahí, y quien mejor que Jesús para demostrar que siempre hay algo interesante que escribir sobre el hombre que revoluciono nuestro mundo, hay algunos que dicen que nunca que existió, otros que es una mescla de divinidades, por ejemplo el interés que despertó el código davinci sobre la figura de Cristo fue muy interesante, aunque el famoso código no me gusto mucho por lo menos se creó un espacio de discusión sobre los orígenes del Cristianismo, su fundación y su verdadero significado. Estoy seguro que se podrían llenar varios estantes de libros sobre la figura histórica de Jesús, un personaje muy distinto del que leemos en los evangelios pero no todos están disponibles al público en general, lo interesante de ver nuevas publicaciones que hablan sobre Jesús es que ahora podemos encontrar más accesibilidad información y verificarla. De esos momentos interesantes de la vida de Cristo que nunca se termina de escribir lo suficiente es sobre esos años perdidos, sus años de niñez, como era Jesús de pequeño, realmente sabía lo que le esperaba, cuando fue que realmente nació Cristo, donde fue verdaderamente su nacimiento y así podríamos seguir preguntándonos hasta llegar a la conclusión que los verdaderos escritores de los evangelios lamentablemente se equivocaron, el censo de Augusto Cesar no fue durante el reinado de Herodes, que casualidad que Jesús nace en Belén igual que el rey David pero todos lo llaman Jesús de Nazaret.Casi todos los cristianos adornamos las casa con un arbolito de navidad y un nacimiento, claro que no nos detenemos a pensar en los orígenes del culto a Jesús, ni que paso con esos años desconocidos o como fue la visión de los primeros cristianos sobre los primeros días del niño Jesús, bueno ahora aprovechando la navidad hay un nuevo libro sobre el tema del niño Jesús y parece que no es nada piadoso, el autor recopila una serie de escritos medievales y antiguos relacionados con los primeros años de la vida del Joven Jesus, aunque algunos relatos se pueden encontrar por la red, debe ser interesante leerlos todos juntos. Bueno les dejo un pequeño artículo sobre el libro en cuestión.
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Del escritor Alberto Manguel, La infancia del Niño Jesús como nunca antes se había contado.
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Del escritor Alberto Manguel, La infancia del Niño Jesús como nunca antes se había contado.
Del Niño Jesús, omnipresente en estas fechas en el orbe cristiano, se desconoce casi todo, más allá de su nacimiento en Belén. Textos sobre su infancia de lo más variopintos han sido recopilados ahora por Alberto Manguel en 'Las aventuras del Niño Jesús'.
"Creamos en Cristo o no, nadie puede negar la importancia fundamental que tiene en el imaginario universal, por eso mientras más sepamos de las historias que fueron construidas alrededor de ese personaje mejor podremos entender su importancia y su peso", señala Manguel en una entrevista telefónica desde Francia.
Y más aún, añade, "en un momento en el cual la Iglesia (católica) está en un conflicto profundo con el Papa actual tratando de volver a prejuicios que trataron de ser combatidos en la Edad Media; quizá sea útil tratar de entender cuál fue verdaderamente la palabra de Cristo a través de ver cómo imaginamos a ese Cristo".
En su libro sobre un niño "muy especial", Manguel (Buenos Aires, 1948) recopila relatos que van de lo más ortodoxo, como los sacados del evangelio de Lucas, a lo heterodoxo: los evangelios apócrifos y gnósticos, las fuentes islámicas o de Jacobo de Vorágine.
El fin es dar una imagen lo más completa posible de un personaje del que nos han llegado también recreaciones de anónimos del siglo XV, canciones populares inglesas o aproximaciones que hacen del Cristo infante autores de la talla de los hermanos Grimm, Selma Lagerlöf, Giovanni Papini, Ernest Renan, Oscar Wilde o W.H. Auden.
Así, de unos textos a otros, de unos siglos a otros y en visiones complementarias, el lector de este libro editado por RBA, asiste a su nacimiento en Belén, a la huida a Egipto, a su diálogo con los doctores en el templo y a sus primeros milagros.
Pero también contempla su encuentro con Judas y con los ladrones que lo acompañarán en su agonía, a cómo da vida a pájaros de arcilla que ha modelado con sus manos, cambia el color de las telas, sana con el agua en la que se baña o con el simple roce de sus pañales.
Y es que la Biblia cristiana, cuya primera versión se establece cuatrocientos años después de la muerte de Cristo, es "un libro sin limites fijos", señala el escritor, traductor y editor.
"Los héroes de la imaginación popular han sabido crecer siempre más allá de las páginas canónicas", dice Manguel, quien pone como ejemplos a Ulises, el Cid o Sherlock Holmes, personajes que tampoco se limitan a las biografías mitológicas, literarias o históricas y siguen realizando hazañas más allá de la muerte.
Pero no sólo los cristianos atribuyeron al Niño Jesús actos milagrosos y características divinas, también los musulmanes que incorporaron a Cristo al Corán como profeta, de manera que cientos de textos sobre Jesús y sus enseñanzas aparecieron en manuales de ética, filosofía y misticismo árabes entre los siglos VII y XVIII en el vasto mundo musulmán, desde Al-Andalus hasta China.
El Niño Jesús de los textos islámicos es un profeta ante quien la naturaleza se inclina, mientras que la literatura europea medieval describe a un pequeño travieso, a veces perverso, que escandalizaría a algún devoto, ya que llega a fulminar a otros pequeños por no querer jugar con él o pretender subirse como él a un rayo de luz.
Sea como fuere, lo cierto es -subraya Manguel- que los libros sagrados, ya sean oficiales o apócrifos, narran un relato santo para quienes son creyentes, pero también una historia apasionante, sabia, sutil y profundamente conmovedora para los demás.
"Es importante -insiste- que nos interesamos en estas historia, creamos o no, para combatir los prejuicios que tratan de imponernos los que no quieren que leamos la palabra de Cristo".
Los textos religiosos permiten, según Manguel, una lectura literaria. La Divinidad es un personaje; su Creación, una obra
Tomado del Mundo-La infancia del Niño Jesús como nunca antes se había contado.
"Creamos en Cristo o no, nadie puede negar la importancia fundamental que tiene en el imaginario universal, por eso mientras más sepamos de las historias que fueron construidas alrededor de ese personaje mejor podremos entender su importancia y su peso", señala Manguel en una entrevista telefónica desde Francia.
Y más aún, añade, "en un momento en el cual la Iglesia (católica) está en un conflicto profundo con el Papa actual tratando de volver a prejuicios que trataron de ser combatidos en la Edad Media; quizá sea útil tratar de entender cuál fue verdaderamente la palabra de Cristo a través de ver cómo imaginamos a ese Cristo".
En su libro sobre un niño "muy especial", Manguel (Buenos Aires, 1948) recopila relatos que van de lo más ortodoxo, como los sacados del evangelio de Lucas, a lo heterodoxo: los evangelios apócrifos y gnósticos, las fuentes islámicas o de Jacobo de Vorágine.
El fin es dar una imagen lo más completa posible de un personaje del que nos han llegado también recreaciones de anónimos del siglo XV, canciones populares inglesas o aproximaciones que hacen del Cristo infante autores de la talla de los hermanos Grimm, Selma Lagerlöf, Giovanni Papini, Ernest Renan, Oscar Wilde o W.H. Auden.
Así, de unos textos a otros, de unos siglos a otros y en visiones complementarias, el lector de este libro editado por RBA, asiste a su nacimiento en Belén, a la huida a Egipto, a su diálogo con los doctores en el templo y a sus primeros milagros.
Pero también contempla su encuentro con Judas y con los ladrones que lo acompañarán en su agonía, a cómo da vida a pájaros de arcilla que ha modelado con sus manos, cambia el color de las telas, sana con el agua en la que se baña o con el simple roce de sus pañales.
Y es que la Biblia cristiana, cuya primera versión se establece cuatrocientos años después de la muerte de Cristo, es "un libro sin limites fijos", señala el escritor, traductor y editor.
"Los héroes de la imaginación popular han sabido crecer siempre más allá de las páginas canónicas", dice Manguel, quien pone como ejemplos a Ulises, el Cid o Sherlock Holmes, personajes que tampoco se limitan a las biografías mitológicas, literarias o históricas y siguen realizando hazañas más allá de la muerte.
Pero no sólo los cristianos atribuyeron al Niño Jesús actos milagrosos y características divinas, también los musulmanes que incorporaron a Cristo al Corán como profeta, de manera que cientos de textos sobre Jesús y sus enseñanzas aparecieron en manuales de ética, filosofía y misticismo árabes entre los siglos VII y XVIII en el vasto mundo musulmán, desde Al-Andalus hasta China.
El Niño Jesús de los textos islámicos es un profeta ante quien la naturaleza se inclina, mientras que la literatura europea medieval describe a un pequeño travieso, a veces perverso, que escandalizaría a algún devoto, ya que llega a fulminar a otros pequeños por no querer jugar con él o pretender subirse como él a un rayo de luz.
Sea como fuere, lo cierto es -subraya Manguel- que los libros sagrados, ya sean oficiales o apócrifos, narran un relato santo para quienes son creyentes, pero también una historia apasionante, sabia, sutil y profundamente conmovedora para los demás.
"Es importante -insiste- que nos interesamos en estas historia, creamos o no, para combatir los prejuicios que tratan de imponernos los que no quieren que leamos la palabra de Cristo".
Los textos religiosos permiten, según Manguel, una lectura literaria. La Divinidad es un personaje; su Creación, una obra
Tomado del Mundo-La infancia del Niño Jesús como nunca antes se había contado.
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