domingo, 12 de diciembre de 2010

tratado sobre las ballenas por Philip Hoare


El año pasado entre los mejores libros que tuve oportunidad de leer, se alza sin nadie que se le iguale Leviathan de Philip Hoare, una obra muy completa, parte tratado de literatura, estudio de biología marina, Biografía, arte, historia de la cacería de ballenas y su industria a través de un análisis de Moby Dick de Melville y de este mamífero tan desconocido llamado ballena, el animal más grande de la tierra que esta hace algunas décadas no se había podido fotografiar en su hábitat ni se había hecho un estudio serio sobre él. Por años los faros de las calles de Londres se iluminaban gracias a la grasa de ballenas y las primeras fortunas de la joven república de Estados Unidos a principios del siglo XIX fueron amasadas gracias a la caza de ballenas.

El pintor británico Turner fue patrocinado por un comerciante ballenero, inclusive tiene cuatro pinturas sobre la caza de ballenas, los artistas nunca fueron muy amigables con este animal, siempre fue retratado como un monstruo, claro las leyendas que rodean a este animal siempre lo han descrito como un gran fiera, un asesino, nada más alejado de la realidad, es un animal tímido incapaz de dañar a menos que sea molestado.

Hoy leyendo la revista de Letras encontré una entrevista con el autor Philip Hoare y el anuncio de la publicación en español de su libro Leviatán o la ballena. Les dejo algunas de las preguntas con sus respuesta de la entrevista, la pueden leer completa en este enlace,

Philip Hoare, en el vientre de la ballena Por Josep A. Muñoz Entrevistas


Leviatán o la ballena puede entenderse como un cuaderno de bitácora siguiendo la novela Moby Dick y empleando también la biografía de Herman Melville…

Es casi como una guía para tramposos a los que no les apetezca leer Moby Dick, pero que quieran presumir de conocer la historia (risas). Debemos entenderlo, no todo el mundo tiene tiempo de leer un libro de setecientas páginas. Leviatán o la ballena sería un “Todo lo que quieres saber sobre…” (risas). Por supuesto, está inspirado en el espíritu de Melville y en su manera artesanal de trabajar. Si Melville escribiera ahora la novela, las busquedas en google interferirían en su método, acabaría atrapado en una disgresión que le llevaría a otra y a otra… Es lo que sucede con internet y los buscadores, no acabas nunca. Algo que me sorprendió mucho de Melville es la cantidad de textos que copió de otras fuentes, por supuesto, sin pedir permiso. ¡Era un plagiario como la copa de un pino! Lo hacía como si, en la actualidad, escribiera copiando directamente de la wikipedia


El tuyo es un libro inclasificable. Hay quien dice que se trata de un ensayo, otros que se acerca al reportaje, al tratado literario, al texto sobre zoología… Pero, en definitiva, no se entiende sin ver claro que se trata de una novela.

Absolutamente. Me gusta que la gente lo lea así. No hice ninguna estructura cuando lo escribí, no tenía un índice ni una escaleta para guiarme, quería que fuera una historia similar a la que podría contarle a un amigo, con referencias a lecturas, lugares para visitar, cosas que ver, pero no hay un planteamiento esquemático, sino una narración libre, lejos del típico “A, B, C”. Entendí que debía ser de esta manera porque las historias reales, cuando nos suceden, surgen en forma de episodios. Rechazo la noción de la escritura objetiva porque todos somos humanos y, si escribimos, debemos hacerlo desde nuestra participación activa, partiendo de las vivencias con lo que nos rodea, pero sin olvidar la perspectiva general. Por ejemplo, cuando escribo sobre experimentos científicos puedo fantasear recreando sus efectos a gran escala.


¿El arte ha tratado bien a las ballenas?

No. Se empezó mostrándolas como monstruos, cuando aún se creía que la Tierra era plana. Luego, como proveedoras de sustancias industriales, con retratos horribles, hinchadas de gas, en estado de descomposición… El propio Melville dio una descripción muy equivocada de ellas. No nos acercamos a la realidad hasta que pudimos verlas bajo el agua. Para entonces el hombre ya veía el planeta Tierra desde el exterior, por lo que estamos hablando de un descubrimiento muy reciente. Aún me sorprende que una especie con más de cincuenta millones de antigüedad y tan inmenso, no haya sido estudiado hasta hace unas décadas

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