Si se piensa en las armaduras como una pieza solo de protección, usadas por los famosos caballeros medievales para enfrentar a sus oponentes en combate, nos estamos perdiendo lo mejor de la historia. Una de mis piezas favoritas, demuestra la originalidad de la inventiva humana y su interminable creatividad, la famosa pieza es conocida como el Yelmo Cornudo (Horned helmet), también puede llamarse el regalo de Maximiliano.
La amistad entre dos reyes que disfrutaban mucho los torneos a caballo, se origino después de una batalla, Enrique VIII y el Emperador Maximiliano I, eran parte de la Liga Santa, formada por los Estados Pontificios, Venecia, España, Suiza e Inglaterra contra Francia. Se enfrentaron contra un ejército francés en las afueras de Tournoi en 1513, después de la victoria Enrique aprovecho la oportunidad para convocar a una justa, creando una buena amistad con Maximiliano. Años después Enrique recibiría un regalo de su nuevo amigo, una pieza de las manos del maestro armero del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Konrad Seusenhofer, de la armadura solo queda el yelmo, el cual es una pieza única, nunca antes visto en la Europa del siglo XVI.
La pieza a sobrevivido las guerra civil inglesa, bombardeos nazis y recesiones económicas de la realeza, hay algunos académicos que cuestionan la originalidad de la pieza, hay especulaciones que los cuernos fueron añadidos después y no eran parte del yelmo, sin duda es un regalo muy extraño de parte de Maximiliano a Enrique. Hoy en día es la pieza más importante de la armería real en Leeds, Inglaterra, inclusive la usan como logo
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