lunes, 26 de octubre de 2009

Adolf Hitler, una biografía narrativa

Fue reeditada la historia de Hitler de John Toland.
Vida. Está a la venta "Adolf Hitler, una biografía narrativa"
por GUILLERMO ZAPIOLA.

Tal vez no sea (seguramente no es) "la biografía definitiva" que sus editores pretenden, pero se trata de un buen material de lectura. Ediciones B acaba de reeditar "Adolf Hitler, una biografía narrativa", grueso volumen dedicado al líder nazi.
Por supuesto, no existen los "libros definitivos" acerca de ningún tema, y si hubiera que optar por uno con respecto a Hitler y el nazismo es probablemente la biografía de Ian Kershaw (naturalmente, hasta que aparezca otra más completa, más actualizada, con más documentación). Y, por otra parte, el tema ha sido transitado con talento a lo largo de los últimos sesenta años, en textos firmados por William Shirer, Hugh Trevor-Roper, Alan Bullock, Marlitz Steiner, el ya citado Kershaw y otros (Michael Burleigh, Richard Evans), incluyendo al dudoso apologista David Irving.
El libro de Toland, que ya conociera una primera edición en 1976, se ubica en un razonable término medio entre la ambición académica de Kershaw o (más atrás) del equipo encabezado por Arnold Toynbee en La Europa de Hitler, y el tipo de biografía "popular" aunque, reconozcámoslo, útil como texto de iniciación, de La vida y muerte de Adolf Hitler de Robert Payne. El autor (nacido en 1912, muerto en 2004) ganó en 1971 un premio Pulitzer por un trabajo sobre la guerra del Pacífico (The Rising Sun), escribió también varias novelas históricas, y volvió al tema de la Segunda Guerra Mundial con una amplia crónica de la batalla de Berlín (Los últimos cien días) y una polémica versión del ataque a Pearl Harbor en el que sostuvo que el gobierno de Roosevelt conocía de antemano las intenciones japonesas.
Su biografía de Hitler sigue siendo su libro más conocido, y también una lectura absorbente. Practicante de un estilo que prefiere narrar hechos antes que emitir juicios sobre ellos, ha sido acusado alguna vez de "filonazi", pero quienes sostienen el punto basados en que muestra de pronto a Hitler conmovido por la muerte de su madre, o carismático y buen conversador en su vida privada, lo leyeron sin mucho cuidado
Es posible que, norteamericano al fin, Toland experimente cierta secreta admiración por Hitler como "self made man", autor de sí mismo desde sus comienzos como pintor bohemio en Viena hasta su conversión en líder mundial. Pero por otra parte (y ello ocupa muchas páginas de su texto) no escamotea lo esencial del horror nazi. No cree (no finge creer, como Irving) que el Holocausto nunca existió, o se trató en el mejor de los casos de algunos excesos cuya responsabilidad recae fundamentalmente sobre Himmler y Goebbels.
En ese punto, su encadenamiento de los hechos, desde las proclamas judeófobas de Mein Kampf hasta las leyes antisemitas de los años treinta, la Noche de los Cristales Rotos, la implementación de la eutanasia en 1939 y finalmente la Solución Final posee una lógica inobjetable. Los nazis no tienen nada que agradecerle a su libro.
Toland sigue en muchos puntos a la historiografía tradicional, aunque también derriba con documentos algunos mitos difundidos (por ejemplo, la responsabilidad nazi en el incendio del Reichstag: el episodio fue explotado, pero no planeado por los hombres de Hitler). También proporciona, con fluidez y correcta prosa, un detallado recuento del irresistible ascenso al poder de su personaje.
Explora sus antecedentes familiares, evoca sus tiempos vieneses y su enrolamiento en la Primera Guerra Mundial, luego su adhesión a un minúsculo grupo político que se convertiría en el Partido Nacional Socialista de los Obreros Alemanes, más tarde los entretelones del `putsch` de 1923, su estadía en prisión (esas vacaciones a costa del Estado alemán gracias a las cuales escribió Mein Kampf), el crecimiento de su popularidad, aspectos de su vida privada (como los trágicos romances con Geli Raubal y Eva Braun) y el auge y la caída posteriores.
Ni siquiera en novecientas páginas se puede incluir todo, y a veces el lector desearía un mayor desarrollo de algún episodio o personaje, o el análisis más a fondo de alguna circunstancia política. Eso convertiría al libro en la "biografía definitiva" que nunca será. Pero tal como está es muy legible, informativo y compartible. Puede llegar a decir que Hitler fue "la más extraordinaria personalidad del siglo XX", pero hay que leerlo entero para entender que no se trata de un elogio.

Articulo tomado del periodico El Pais,

viernes, 23 de octubre de 2009

“Jay grant espoir” (tengo una gran esperanza)

Aunque la mayoría de la música de la era medieval estaba bajo el sumo imperio de la iglesia, hay una gran cantidad de música profana que surgió durante este periodo tan oscuro para algunos pero muy brillante para otros. Con los trovadores y músicos ambulantes que llegaban en caravanas a los pueblos europeos medievales, se fue diseminando esta música secular. Les dejo una canción interpretada por mi grupo favorito de música medieval, Ensemble Unicorn, la canción es instrumental y tiene un título muy bonito, “Jay grant espoir” (tengo una gran esperanza), la canción está tomada del Codex Faenza, un manuscrito del siglo XV, contiene una gran cantidad de canciones instrumentales, en algún momento llevaban vocalización pero las letras se han perdido y solo sobrevivieron los arreglos para teclado. La música posiblemente viene de Italia y francia, en el codex se encuentra música secular como litúrgica.

sábado, 17 de octubre de 2009

Khorumi, danza de guerra de Georgia

De regreso con un poco de danza, hoy les dejo el baile prodigioso del ballet nacional de Georgia, el Cáucaso es una región muy exótica, por años Georgia sufrió invasiones por el Imperio Persa, Otomano, Mongol y Ruso, por todas estas influencias su música tiene muchos matices orientales, además de formar un carácter recio. Las danzas de Georgia tiene mucho de competitivo, los jóvenes quieren demostrar sus habilidades, actitudes guerreras, destrezas militares, el baile que disfrutaremos a continuación se llama KHORUMI. Es un tipo de danza de guerra. Data del período de la guerra heroica contra el ejército turco, mongoles y otros. Originalmente participaban solo algunos hombres pero con el tiempo se ha agregado mas bailarines, así se representa mejor un ejército. Se compone de cuatro partes: la búsqueda de un sitio adecuado para enfrentar al ejército enemigo, el avance del enemigo, la batalla y la derrota. La coreografia es muy impresionante, los giros, el bailar de punta, la sincronización y la música típica de los pueblos de la orillas del mar negro. Me recuerda mucho la danza pírrica .






En 1801, el imperio Ruso decide expandirse al Cáucaso, Georgia queda anexada al imperio Ruso, esta sumisión abrió las puertas de la inspiración para muchos artistas. Escritores como Tolstoi, Lermotov encontraron mucho material, también compositores, Mily Balakirev, Aleksander Borodin y Tchaikovski admiraron la cultura, música y dance de Georgia, la cual sirvió como fuente de inspiración, la danza árabe en el Cascanueces de Tchaikovski es inspirada en una canción de cuna típica de las montañas de Georgia.(International Encyclopedia of Dance, Vol 3, pag 135)


Antes de la anexión forzada en 1801, la imagen del Cáucaso se Orientalizo por la mala propaganda de los viajeros de siglos anteriores al XIX, los relatos llenos de historias fantásticas, llenas de tribus salvajes e incivilizadas eran parte de las tertulias en los banquetes de la alta sociedad Rusa. Los mapas del siglo XVIII consignaban el Cáucaso en el oriente musulmán, aunque geográficamente se encontraban en el sur e históricamente era una parte antigua del Occidente cristiano. En Georgia y Armenia, una parte importante del Cáucaso, existían civilizaciones cristianas que se remontaban al siglo IV, quinientos años antes de que los rusos se convirtieran al cristianismo. Fueron los primeros Estados de Europa que adoptaron la fe cristiana, incluso antes de la conversión de Constantino el Grande y la fundación del Imperio Bizantino.(pag 460, El Baile de Natacha, una historia cultural de Rusia por Orlando Finges)

martes, 13 de octubre de 2009

Himmler de Longerich

Si quieren leer sobre la historia del siglo XX, ninguna biblioteca puede estar completa sin una buena biografía de Hitler, todavía causa polémica el tema de los orígenes de la segunda guerra mundial y la subida al poder del tercer Riech. Para muestra de lo poco que han sanado las heridas causadas por el líder del Riech podemos apreciar la conmemoración del 70 aniversario de la SGM, no estuvo exenta de controversia, Los rusos-negacionistas, Los franceses-celebraron aparte, Los polacos todavía pidiendo una revisión del conflicto y en espera de un perdón claro y directo de sus vecinos, sumémosles las declaraciones de David Irving para una entrevista en el mundo.es, donde afirma que el verdadero culpable del holocausto es el líder de la SS, Himmler, según Irving, Himmler oculto los planes de exterminio en los campos de concentración. Estoy leyendo en estos momentos la biografía de Hitler por John Toland, y permítanme apuntar que en varios discursos menciona claramente su odio a los judíos y la necesidad de acabar con la amenaza judía, todavía no he podido leer los libros de Ian Kershaw pero hasta ahora está muy claro que Hitler también estaba al tanto de los exterminios, nunca está mal un poco de revisionismo histórico pero siempre que lleve a un punto claro, lo interesante al final es que el tema nunca está cerrado por completo. Regresando al tema de los libros biográficos, la editorial RBA publicara en Noviembre la biografia de Himmler, si hay personajes en la historia que tiene sus luces como sus sombras, Himmler se mantiene entre los más oscuros, y no me refiero a que no hay mucha bibliografía sino que era un tipo nefasto, leer el libro de Peter Longerich parece una biografía muy completa, hasta ahora solo en alemán, es notable es esfuerzo de RBA por traer una biografía de uno de los personajes que participaron en el cambio de la historia del siglo XX. Les dejo un artículo de Tercera sobre el libro de Longerich sobre Himmler.
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Lanzan más completa biografía de Heinrich Himmler.
El jefe de las temidas SS, Heinrich Himmler fue uno de los más emblemáticos jerarcas nazis y que encarna además todo el horror del Holocausto y de los impulsos asesinos de la Alemania de Adolf Hitler. Eso hace sorprendente que sólo ahora aparezca una biografía exhaustiva del siniestro personaje.
Heinrich Himmler. Biographie, es el título lacónico de la obra monumental que el historiador Peter Longerich acaba de publicar en la editorial Siedler y en la que logra dar una mirada profunda a la psicología interna de uno de los protagonistas claves de la barbarie nazi.
A Longerich le vino bien el hecho de que, para documentar la vida y el pensamiento de Himmler, existe mucho material de primera mano, como un diario que empezó a llevar desde que era niño, listas de lecturas comentadas y una abundante correspodencia.
La conclusión central de Longerich es que probablemente Himmler fue el más radical de los nazis y el que más poder, después de Hitler, llegó a tener en su mano durante los años del III Reich.
Himmler, nacido en 1900, era un hombre de 1,74 metros de estatura demasiado poco para alguien que soñaba con el ideal del superhombre ario y que además era débil y enfermo. Frente a sus limitaciones, cultivó, al menos desde los años 20, la utopía de un mundo perfecto, dominado por los germanos.
Para alcanzar ese mundo había que liquidar, según Himmler, a judíos, eslavos, homosexuales, discapacitados y asociales, mientras el cristianismo que consideraba como "la peste más grande que se había generado en la historia" debía ser reemplazado por una religión germana, basada en los viejos mitos.
Como muchos de su generación, rechazaba tanto el imperio guillermino al que no le perdonaba haber perdido la Primera Guerra Mundial como la República de Weimar y anhelaba un conflicto bélico.
Mientras tanto, Himmler intenta estudiar economía agraria la sociedad ideal debía ser agrícola pero la devaluación y la hiperinflación de los años 20 en Alemania hace que la fortuna de su familia se desintegre y eso le obliga a dejar sus estudios.
Himmler tiene que trabajar. Después de su matrimonio en 1928 y del nacimiento de su primera hija, trata de aumentar sus ingresos como granjero avícola, pero sin éxito digno de mención. Sus problemas económicos sólo terminan en 1930, cuando logra un escaño en el Reichtag como uno de los representantes del Partido Nazi.
Antes, a sus lecturas antisemitas había agregado algunas de parapsicología y espiritismo como parte de su proyecto para crear una nueva religión germánica.
Su carrera en el partido empieza a mediados de los años 20 y en 1924 hace en sus anotaciones su primera referencia a Hitler, al que consideraba un hombre extraordinario. En 1926 es nombrado jefe de propaganda para toda Alemania.
Dos años más tarde asume la jefatura de las SS, una fuerza de choque del partido, que en principio estaba subordinada a la S.A de Ernst Röhm y que contaba apenas con 280 hombres. En 1933, cuando los nazis llegaron al poder, Himmler había logrado aumentar a 50.000 el número de miembros de la SS que en el curso de los trece años de régimen nazi llegarían a ser medio millón.
Himmler, sin tener la eficacia populista de Joseph Göbbels o de Hermann Göring, se convirtió, sin embargo, por su apasionamiento y eficacia, en el hombre clave de Hitler.
Poco a poco, fue desplazando a sus rivales Ernst Röhm fue incluso asesinado posiblemente por intriga suya y sus hombres se convirtieron en el símbolo del terror y la muerte.
Logró que los campos de concentración se pusieran bajo su mando y fue el ejecutor principal y en algunos casos también el autor intelectual de los planes para el exterminio total de los judíos.
Tras la invasión de Polonia en 1939 y el ataque a la Unión Soviética en 1941, inicialmente las órdenes eran asesinar sólo a los varones judíos. Himmler consideró, sin embargo, que no se justificaba dejar vivas a las mujeres ni mucho menos a los niños que en el futuro podían convertirse en vengadores.
Al parecer, hubo momentos en que Hitler tuvo que frenar el ímpetu asesino de Himmler pues necesitaba todavía a parte de las víctimas potenciales como mano de obra.
Cuando llegó el fin de la guerra, y Himmler y sus esbirros habían eliminado a 6 de los 30 millones de personas que tenían proyectado asesinar, el jefe de las SS no entendió que su carrera había terminado y creyó que podía llegar a un acuerdo con los aliados para convertir a la Unión Soviética.
El 23 de mayo de 1945 Himmler se suicidó, siendo prisionero del ejército británico.