sábado, 10 de diciembre de 2011

El tesoro de la sierra Madre, los hermanos Grimm y una critica al sistema capitalista.


Hola a todos, por aquí de nuevo, en noviembre por fin termine el Tesoro de la sierra Madre, una de las novelas más importantes de B. Traven, un autor que está lleno de misterio, nunca le gusto dar entrevistas, ni escribir cartas, ni hacer presentaciones y mucho menos aparecer en público, hasta el dia de hoy no hay con certeza una fecha exacta de su nacimiento y mucho menos  de su muerte, para algunos atrevidos que han tratado de desvelar quien es el misterioso Traven solo se encontraron con mas acertijos y misterios, hay algunas teorías de lo más disparatadas que mencionan al Kaiser Guillermo como el verdadero autor de las novelas de B. Traven, también hay otras que mencionan al escritor norteamericano Ambronse Pierce quien desapareció durante la Revolución Mexicana.

Hay algunos rasgos que se logran desvelar en la obra de B.Traven por ejemplo le encantan las fabulas, su novela sobre tres miserables buscadores de oro que encuentran una mina perdida en los mapas, tiene mucha influencia de los hermanos Grimm y bien podrían ser una fabula digna de los hermanos Grimm, el oro termina siendo su perdición en vez de su salvación, las historias que cuentan los indios o el más viejo del grupo y con más experiencia en la búsqueda de oro “Howard” nunca tiene un final feliz, tienen muchas moralejas sobre la ambición, la locura y las deshumanización del hombre por volverse rico.  Que entre más tienes realmente no te das cuenta que menos tienes, uno de los personajes principales al inicio de la novela “Dobbs”, se encuentra en lo más bajo, sin un trabajo, sin un solo centavo en la bolsa, en un lugar extraño, vistiendo harapos y con mucha hambre, al final de la novela este personaje se encontrara en una posición peor, en medio del desierto, con sed, lleno de oro, paranoico, rodeado de bandidos, sin amigos y al borde de la locura. Traven nos llena de situaciones desesperantes, tengo que decir que tenía tiempo de no sentir esas mariposas en el estomago por saber cuál será el desenlace, en que terminaran la historia que cuentan los campesinos o Howard.  La novela termina siendo un tratado en contra del poder, una crítica social al sistema capitalista y al papel que ha jugado la iglesia en Mexico, el autor aprovecha cualquier ocasión para lanzar una crítica al sistema y burlase de la justicia del hombre blanco. Novela muy entretenida con mucho toques de novela negra, aventura, filosofía y un poco de Western, como siempre la novela supera la película.

domingo, 2 de octubre de 2011

El regateo de las consuegras



Una Cancion Sefardi para que pasemos el fin de semana con una musica alegre.


Poco le das, la mi consuegra
Poco le das a la vuestra hija,
!`Vuestra hija, la querida!
Le dare siete vestidos,
Uno que se troque a cada 'l dia.

Yine es poco, mi consuegra
Poco le das a la vuestra hija,
!`Vuestra hija, la querida!
Le dare siete camisas,
Una que se troque a cada 'l dia.

Yine es poco, mi consuegra
Poco le das a la vuestra hija,
!`Vuestra hija, la querida!
Le dare siete salvare
Uno que se troque a cada 'l dia.

Yine es poco, mi consuegra
Poco le das a la vuestra hija,
!`Vuestra hija, la querida!
Le dare un yerdan de oro,
Que se lo goce con el novio.

Yine es poco, mi consuegra
Poco le das a la vuestra hija,
!`Vuestra hija, la querida!
Le dare un mazal bueno,
Que se lo goce con el novio.

Yine es poco, mi consuegra
Poco le das a la vuestra hija,
!`Vuestra hija, la querida!
Le dare un esclavico,
Que se lo camine al bujurico.


sábado, 1 de octubre de 2011

El Príncipe Rojo, la vida secreta de un Archiduque de la familia Habsburgo


Hoy comenzamos Octubre con el libro del historiador Timothy Snyder El Príncipe Rojo, la vida secreta de un Archiduque de la familia Habsburgo”, es sobre la vida del rebelde archiduque Wilhelm Von Habsburgo,(Creo que el equivalente seria Guillermo de Habsburgo en español), comandaría tropas Ucranianas durante la Primera Guerra Mundial y al caer el Imperio Ruso en manos de los Bolcheviques, lucharía por que los campesino mantuvieran sus tierras y pelearía por la independencia de Ucrania, serviría de espía en contra de la Unión Soviética con la promesa de conseguir la independencia de Ucrania, pero por demostrar su interés por los campesinos y los humildes le darían el nombre del Príncipe Rojo. Cuando leí por primera vez el nombre de Rojo me lo imagine algo comunista pero el Príncipe le gustaba coquetear con todo aquel que le ayudara a conseguir un Reino. Este príncipe rojo era algo fuera de lo común, lo podías ver con uniforme austriaco, con toda la regalía de un archiduque de la familia Habsburgo, o con un simple abrigo durante su exilio en Paris, o llevando el collar de la insigne Orden del Toison de Oro pero también era común verlo con un vestido porque el Príncipe Rojo podía manejar muy bien un sable, una pistola y un palo de golf pero atendía a las mujeres solo por necesidad pero a los hombres por placer. El Príncipe Rojo tenía un hermano que había sido criado para gobernar Polonia y acabar con el yugo del Imperio Ruso, pero igual que su hermano nunca lograría su objetivo.

Timothy Snyder nos aclara desde el principio que los sueños de independencia del Príncipe Rojo nunca llegarían a realizarse, estos sueño independentistas de un monárquico hasta el tuétano se daría de golpe contra dos muros del absolutismo, los Nazis y el estalinismo, su familia fue despojada de todos su bienes por la Gestapo, cuando invadieron Polonia, como no quería aceptar que por su sangre corría sangre Alemana fueron torturados y encarcelados pero cuando se fueron los Nazis llegaron los Soviéticos, que al reclamarles sus bienes le dijeron que como tenían descendencia alemana no podían tener bienes, los que los nazis les quitaron los Soviéticos se lo quedarían.

Aunque el tema central del libro suena como si fuera solo la familia, es también un libro sobre los grandes cambios que vivió Europa a principios del siglo XX, pero por lo poco que he leído en las primeras páginas los cambios los vemos desde los ojos de la centenaria familia Habsburgo, una familia que vio caer el sacro Imperio Romano, una familia católica que aguanto la envestida de la Reforma Luterana, los aires liberales de la Revolución Francesa y las guerras Napoleónicas pero no aguantarían los grandes cambios que se fraguaron durante el principio del siglo pasado. Los que disfruten de las desgracias y ineficacias en la historia estoy seguro que disfrutaran este libro, claro hasta ahora no voy ni por la mitad pero no me pude aguantar hacer algunos comentarios sobre lo entretenido del libro y la trágica manera en que se desenvuelve la historia del archiduque y su familia.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Del lápiz divino cayo la primera gota de tinta


Por lo poco que he leído en el género de novela graficas, hay pocas de estas novelas que sean tan completas en los temas que toca como Habibi de Craig Thompson, aquí se entrelaza una historia de amor, maternal y sexual con creencias religiosas y mucho misticismo sufí, acompañamos a dos esclavos,  que por circunstancias horribles se ven envueltos sus destinos, crecen juntos en el desierto de un país ficticio en medio oriente(podría ser Egipto, Turquia, Marruecos, Arabia saudita….), donde el Sultán acapara toda el agua y deja a su pueblo morir en la miseria, los dos esclavos se escapan y encuentran un barco en medio del desierto que les sirve de abrigo y de escondite contra los cazadores de esclavos, pero su pasado los vuelve alcanzar y lo separa por 9 años,  ella encuentra un mundo nuevo y descarnado en el harem del sultán, donde por su carisma se vuelve la favorita, lo que le hace ganarse muchos enemigos en el serrallo y el niño encuentra abrigo en una comunidad religiosa de eunucos llamados Hijra, que viven hostigando a las familias que celebran bodas o nacimientos para que les den una ofrenda y así puedan bendecirlos. 

El esclavo por ser eunuco es comprado por el sultán ya que prefieren comprar a los esclavos ya castrados antes que tener que hacerlo ellos, consigue un trabaje dentro del palacio, dentro del salón de las lagrimas que son los aposentos de las concubinas del sultán que por su condición de vejez o enfermedad ya no son del agrado del sultán, pero por cosas del destino se encuentra su compañera, aquí la historia toda otro rumbo como verán por lo poco que les he contado, la historia se desarrolla de una manera muy entretenida con grandes cambios en la trama. La esclava fue vendida por sus padres a un copista de manuscritos antiguos que le enseña a leer y a escribir, pero también le cuenta muchas historias del Corán y la Biblia, historias que van siendo contadas por la esclava a la manera de Scherezade en las mil y una noche. Toda la historia de estos dos personajes es acompañada por magníficos dibujos de caligrafía árabe ornamental que llenan las hojas con detalles decorativos muy bellos  que se acoplan muy bien a las historias de personajes míticos del mundo árabe y cristiano. Y es que gracias a esta novela que me doy cuenta que La caligrafía ha comenzado a ser la más venerada forma de arte islámico porque constituye un enlace entre la lengua de los musulmanes y su religión. 

La historia es parte historia de amor, cuento erótico, protesta ecológica, tratado existencial, cuento místico y tragedia, muy recomendada, tiene momentos muy duros y crudos que pueda que no sean del gusto de todos o crean que se la paso la mano al escritor dibujante, pero una vez que pasen esos tragos amargos verán que hay momentos muy bellos en la narración, momentos que son muy musicales y dulces, deje muchos cabos sueltos para no estropear el final ni la fluidez de la novela grafica, espero que la disfruten tanto como yo la disfrute, en especial si la lees cuando fumes en una Narguile y termines de leer esta novela grafica de seguro que te sentirás como los dos esclavos al final de su travesía homérica, podrán verdaderamente respirar tranquilos.


Son 600 paginas todas muy bellamente ilustradas y la presentación en pasta dura del libro es muy bello, es todo un adoquin, lastima que el autor no incluye imágenes y bocetos del proceso creativo y la creacion de los personajes.

Hay una pagina web dedicada al libro, con muchas imagenes sobre el proceso creativo del autor y sus dibujos. http://www.habibibook.com/

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los saberes culinarios del señor Cunqueiro


Hola a todos, por fin terminamos el libro de Edgardo Mortara, me pareció muy entretenido, como lo mencione en la pequeña-rápida-reseña que escribimos hace algunas semanas atrás, el libro me resulto muy conmovedor, la desesperación de los padres por tratar de liberar a su hijo resultaron muy heroicas pero infructuosas, no quiero estropearle a nadie el final porque aunque pareciera por el título del libro que el tema central es el secuestro de este pequeño niño judío hay muchas cosas más que terminan en juego, la protesta mundial que levanto el caso fue fantástica pero lo que me intereso también fue la Italia de mediados del siglo XIX y sus movimientos por la unificación, cosa que resulto nada fácil y que venían gestando desde hace algunas décadas pero no habían logrado su cometido  pero gracias a la mala decisión de adoptar(para no decir raptar) al joven Mortara, fue el empujoncito que necesitaban para lograr el apoyo necesario de los antiguos aliados del Papa(Napoleón III), poco a poco se logro recuperar muchas tierras que estaban bajo el control del papado y quitando la opresión y restricciones en que vivían los judíos italianos bajo el control de la iglesia. la iglesia nunca lograría tener de nuevo el mismo control político.

Ahora hemos comenzado el libro del escritor gallego Alvaro Cunqueiro, “La Cocina Cristiana de Occidente”, es una serie de artículos sobre gastronomía enlazados con historias, (en vez de “enlazados” quise escribir “mezclados”),en palabras del autor “sin orden ni concierto, mis saberes del arte culinario, y de vinos, y también mis invenciones, el gozo de imaginar a un duque de Berry en una galería comiendo una liebre que nunca comió, o a un santo breton vendimiando el muscadet, que nunca vendimio, o al conde-duque de Olivares probando el gazpacho yendo hacia Doñana con el fatuo Felipe IV, o a unos canónigos tarraconeses en una merendola de popets”, los artículos no van en orden cronológico, ni  recetas(que es una lástima), pero sus descripciones de los platos que degustaban los rebeldes Papas de Aviñon, los mercenarios al servicio del Papado, los arqueros del rey o los zapateros, los diputados del parlamento de Normandía o la corte de Emperador Carlos V, son descripciones deliciososas, aqui un pequeño entremés como ejemplo, “El prado mediterráneo es exquisito. Su carne-de un color rosa hortensia, según los tratados-es fina. Se hierve y se sirve con una salsa de manteca de anchoas que aseguran recuerdan el garum de los romanos. Es la muerte más noble del prago; la manteca salada, aromatizada, hará que bebáis bien un blanco fresco, pero que tenga buen cuerpo.” Creo que era el chef Alain Ducasse que decía que la gastronomía para que evolucionara y creara algo nuevo, era preciso conocer todo lo bueno que ha acontecido en la historia de la cocina. Solo a partir de este conocimiento sería posible edificar una nueva propuesta. Hasta ahora voy por la mitad del libro de Cunquero pero por el momento parece que ha logrado hacer brillar toda la herencia de la gran cocina Europea Clásica. Como muy bien lo dice en la pequeña introducción de su libro, “Y conviene decir que ha sido en la cocina donde el hombre puso mas imaginación, mucho mas que en el amor, o que en la guerra." 
 Amen señor Cunqueiro amen.



Alexandre Desplat - The Meadow


No he visto la película New Moon, y espero no verla, pero esta canción pertence al soundtrack de la película de vampiros enamorados adolescentes, casi lo olvido también hay hombre lobos enamorados y como podrán adivinar también adolescentes. La música es de Alexandre Michel Desplat, aunque es famoso por sus composiciones solo para cine también ha hecho algunas grandes para ballet, opera, teatro y televisión, como me decía un amigo pidamosle a los dioses que no caiga en la tentación de otros grandes compositores de cine y se mantenga original.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Eva y Adolf, nuevo libro sobre la amante del Dictador




¿Quién era realmente la mujer de 33 años que se suicido junto al dictador Aleman Adolf Hitler en su bunker? ¿Porque esta mujer procedente de Baviera sellaría su destino al de Hitler? Era esta una relación meramente platónica, Realmente era una chica Ingenua, apolítica, loca o simplemente una cazadora de fortuna como sería retratada por la historia. ¿Porque sabemos tan poco de ella?. Todas estas pregunta no las he planteado yo, son parte de algunos dardos que lanza el historiador Richard J. Evans en una reseña al nuevo libro sobre la amante de Hitler, Evan Braun, la nueva biografía por fin fue traducida del alemán al ingles y se publica este octubre con el título de “Eva Braun: Life with Hitler de Heike B. Görtemaker”. La reseña complete la pueden leer en Adolf & Eva by Richard J. Evans para The National Interest
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IN THE small hours of the morning of April 29, 1945, as the Red Army’s guns and tanks could be heard bombarding the center of Berlin, a curious event took place in Hitler’s bunker deep under the garden of the old Reich Chancellery. Witnessed by Reich propaganda minister Joseph Goebbels and the head of the Nazi Party Chancellery Martin Bormann, a local Berlin official formally conducted a ceremony of civil marriage between the German dictator Adolf Hitler and a thirty-three-year-old Bavarian woman, Eva Braun, some twenty-three years his junior. After the ceremony was over, the party was joined in Hitler’s living room by a small group of secretaries and leading Nazis for a glass of sparkling wine and, as one of those present later wrote, reminiscing “happily about the old days.”

It was a marriage solemnized in the shadow of death. Shortly before, Hitler had dictated his “political testament” to one of the secretaries in the bunker. In it he declared that since his life was now almost over, he had decided “to take as my wife the woman who, after many long years of loyal friendship, came to the already besieged city. . . . It is my wish that she go with me into death as my wife.” On the afternoon of April 30, the pair retired into Hitler’s private quarters, where Eva Hitler, as she now was, sat down on a sofa. She bit a cyanide capsule and died instantly. Hitler, wanting to make doubly certain of his own death, did the same, while simultaneously firing a bullet through his right temple. Upon hearing the noise, some of the others present in the bunker entered the room and organized the removal of the bodies to the garden, where, acting on instructions, they poured petrol over them and burned them until they were unrecognizable. The still-functioning Nazi propaganda machine issued a statement claiming Hitler had died fighting to the end. No mention was made of his new wife. She died as she had lived, invisible to all but a handful of the Führer’s intimates.
Who was Eva Braun? Why did she link her fate so inextricably to that of the German dictator? Why was her existence kept so secret for so long? Was she just a simple, apolitical, naive young woman captivated by Hitler’s charisma? Was her relationship with the dictator merely platonic? In this new book, the first serious, scholarly biography of the girl who after her death became one of the world’s best-known women, the historian Heike Görtemaker sifts thoroughly and cautiously through the available documentation to try and find an answer to these perplexing human questions.

HISTORIANS HAVE long been aware that Hitler relied on a small band of intimate friends and acquaintances to do things for him. Far from being professionally run, the Third Reich was governed by amateurs and outsiders. The role of his personal photographer, Heinrich Hoffmann, in this little coterie has, however, as Görtemaker shows, been insufficiently appreciated. Hoffmann was a Nazi almost from the very beginning, meeting Hitler before the Beer Hall Putsch in 1923 and allaying the Nazi leader’s anxieties about being photographed in unflattering situations by capturing his image in the most appealing possible way. Hoffmann’s work ensured Hitler’s picture was all over the media by the late 1920s. His photographs were always the best. He accompanied the Nazi leader virtually everywhere. Hoffmann’s home provided Hitler with something like an ersatz family retreat. These services earned him Hitler’s trust and later on brought him a large income and a good deal of power in the cultural world, including the selection of his paintings for the Great German Art Exhibition of 1937, the showcase for Nazi art. Relatively early in his career, Hoffmann was able to expand his business and hire new staff. One of these new employees was the young Eva Braun.
Born on February 6, 1912, Eva was the second of three daughters of a lower-middle-class couple, Friedrich and Franziska Braun. Their marriage was neither happy nor stable. Indeed, in 1921 they had divorced, only to remarry just over eighteen months later, as rampant inflation was beginning to destroy the incomes of so many people like themselves: three children were cheaper to support in one household than in two. After the economy stabilized in the mid-1920s, the family, helped by an inheritance, recovered sufficiently to move into a large house, employ a servant and buy a car. But the situation at home remained tense, so much so that Eva spent most of her time living with the family of a friend, whose parents she ended up calling mother and father. After a period in boarding school, she answered an advertisement placed in a local newspaper by Heinrich Hoffmann and in September 1929 joined his rapidly growing staff.


jueves, 8 de septiembre de 2011

El Secuestro de Edgardo Mortara por David I. Kertzer


Hola a todos, estoy leyendo el Secuestro de Edgardo Mortara por David I. Kertzer, es la historia de un niño de 6 años que supuestamente es bautizado por la sirvienta católica que trabajaba para sus padres, la muchacha sencilla y analfabeta tomo la iniciativa de bautizar al bebe Mortara por una enfermedad que ponía en peligro la vida del pequeño Edgardo y decide(sin consultárselo a sus padres) bautizar al niño para salvarlo de los tormentos del infierno, el niño se recupera y los padres nunca se percatan de la sumersión en las aguas bautismales(aunque realmente solo fueron unas gotas de agua) pero el acto de iniciación a la vida cristiana llego a los oídos del santo oficio o como le gusta llamarle a los amarillistas liberales "La inquisición". Una ves que un niño judio era bautizado no le era permitido quedarse o permanecer en un hogar judío o no cristiano, así que era removido(secuestrado) de su familia para ser entregado a los Catecúmenos para que se encargaran de llevarlo por el buen camino, la familia judía solo se le permitiría ver a su hijo o reunirse con el una vez que ellos también se convirtieran a la verdadera fe cristiana. Y así mis amigos comienza un conflicto que le causo muchos dolores de cabeza al beato Pio IX y que despertó una protesta internacional por todo el mundo, hasta cuando es permitido sin la autorización de los padres el bautismo, el caso fue usado por los movimientos del resurgimiento italiano para desacreditar al santo padre y a la inquisición, cosa que lo lograron. Bueno no quiero adelantarle más la trama porque hay muchas cosillas mas muy interesantes sobre el trato a los judíos en la Europa de mediados del siglo XIX, la unificación de Italia, la inquisición, los alegatos de los expertos en derecho canónico y todo el revuelo que causo a nivel internacional que le brindo mucho apoyo a la familia del pequeño Edgardo. Me falta poco por terminar el libro y me va gustando mucho así que no puedo terminar de recomendárselos 

El caso de Mortara siguió dandole problemas al santo padre Pio IX,inclusive después de su muerte, en el año 2000 cuando se abrió el proceso de beatificación del Papa, sus detractores recordaron su antisemitismo durante su papado con el caso Mortara. 

 Había un proyecto por el director Roman Polanski de llevar la historia al cine pero nunca se materializo, en el papel del Papa Pio IX estaria interpretado por Sir Anthony Hopkins y en el papel del decidido padre de Edgardo Mortara estaría a cargo de Javier Barden. Hay en edicion en castellano para los que no hablen ingles.

jueves, 21 de julio de 2011

Los buenos tiempos del Baseball.


El único momento que recuerdo en mi corta vida que entre en una acalorada discusión fue con un amigo por culpa del Baseball, claro nos habíamos pasado del limite de alcohol permitido y ninguno de los dos estábamos en nuestro momento mas lucido para poder discutir con bases serias, estadísticas deportivas, quien era el mejor jugador de todos los tiempos, Babe Ruth, Joe Dimaggio o Willie Mays. Este ultimo jugador, es uno de los mas completos , bateaba muy bien, fieldiaba espectacularmente y tenia un brazo con mucha fuerza. Willie Mays jugo en una época llena de racismo que supo sobrellevar con el juego, era de los pocos jugadores de raza negra que eran recibidos en el estadio del equipo contrario con una ovación de parte de todos los que llegaban a ver el juego. Era una época cuando un jugador era firmado por $4,000 dolares y su mejor droga eran las ganas de jugar y no los anabolicos, ni los esteroides, cuando los estadios tenia el nombre de personas y no de Marcas, ni bancos, ni grandes compañías, era una época muy bella, realmente se jugaba con el corazón y con mucha pasión por la pelota. El señor Mays es famoso dentro del mundo del beisball por sus grandes jugadas y récords pero en mi memoria se mantiene vivo la primera ves que vi una de las tantas atrapadas como fielder, la famosa atrapada se suscito durante la serie mundial de 1954 y Willie Mays estaba jugando en el jardin central, aqui el video del juego.

domingo, 12 de junio de 2011

La biblioteca de Marilyn Monroe


Hay personas que es muy dificil que les tomes una mala foto, Marylin Monroe es una de esas pocas personas que era muy dificil que saliera mal en la foto, tendrias que esforzate mucho para que salga mal. Hace algunos meses leiamos un libro sobre la vida amorosa entre JFK y Marylin, ahora que acaba de pasar su cumpleaños nos damos cuenta gracias a un articulo en Los Angeles Times que en la pagina web de Librarything se puede apreciar los libros que tenia la señora Monroe en su biblioteca. Se quedaran asombrados por la variedad de libros, por mencionar algunos The Fall de Albert Camus; J. Robert Oppenheimer; Historias de Chekhov; Crimen y Castigo de Dostoevsky's; Sherwood Anderson's "Winesburg, Ohio"; Theodore Dreiser; Bertrand Russell; "Moses and Monotheism" by Sigmund Freud; y "Madame Bovary" de Gustave Flaubert. Aquí pueden ver su biblioteca en la pagina de Librarything, que también tiene la biblioteca de otros personajes famosos. Pueden buscar las bibliotecas en el apartado de "I see dead People's Books"

En otra pagina web hay un listado de los libros en la biblioteca de Marylin. Aqui la pagina donde son mas de 300 libros los que tenia.

El tiempo está alegre, ¡Oh jovencitas!

Un poco de musical Medieval para alegrarnos un poco, es una de las mas de 200 canciones que estan en el manuscrito del siglo XIII Carmina Burana.


El tiempo está alegre, ¡Oh jovencitas!
venid a regocijaros, ¡Oh jovencitos!

¡OH! ¡OH!, FLOREZCO ENTERO
ME ABRASO POR COMPLETO EN UN AMOR VIRGINAL,
¡UN NUEVO, NUEVO AMOR ES, POR EL QUE PEREZCO!

Canta el ruiseñor tan dulcemente
y se le oye melodiosamente, ardo por dentro.

Flor de las muchachas, a las que yo escojo,
y rosa de las rosas, a la que veo a menudo.

Mi promesa me conforta,
mi negativa me desola.

Mi virginidad juega conmigo,
mi simplicidad me preserva.

¡Calla ruiseñor, un momento!
¡Surge, cantinela en mi pecho!

En el tiempo invernal el hombre es paciente,
con el ánimo primaveral es lascivo

¡Ven, jovencita, con alegría!
¡Ven, ven, hermosa, ya perezco!

miércoles, 20 de abril de 2011

Una guerra muy literaria.



Hablando con unos amigos sobre si la Primera Guerra Mundial fue una de la guerras mas Literarias, me encontré con una buena cantidad de poemas muy bellos que explican muy bien el sentimiento de la post guerra y sus efectos, el primer poema es de Philip Larkins, lleva el nombre de 1914 también es conocido como “Never such innocence again” (MCMXIV), los animos con que los soldados marchaban hacia el frente de batalla, la alegría que se sentía y el optimismo que se vivía eran en verdad muy inocentes, el choque fue horrible, las batallas se detenían por días o meses en un punto muerto, miles morían en horas por unos kilómetros de tierra que eran perdidos horas después por una oleada de jóvenes soldados de infantería, mejor nombre no se le pudo dar a estos territorios que nunca podían ser conquistados, “tierra de nadie”, ya sea porque nadie lograba pasar o porque nadie quedaba vivo. EL otro poema es “Tengo una cita con la muerte” (I have a rendezvous with Death) del norteamericano Alan Seeger, hay una traducción de este poema en español pero no es muy buena, el poema habla sobre una cita con la muerte en alguna trinchera perdida, el autor vivía en Paris cuando estallo” la Gran Guerra que acabaría con todas las guerras”, se unió a la Legion extranjera para poder luchar en el frente, murió en 1916. Aunque oficialmente los vencedores fueron los Aliados, después de Nueve millones de muertos, toda una generación perdida y marcada con el trauma de la postguerra, el único que venció fue la GUERRA, a la guerra no se le puede vencer, ella fue la que gano y seguiría ganando. En palabras del Edmund Blunden después de ver el campo de batalla en el Somme, "by the end of the day both sides had seen, in a sad scrawl of broken earth and murdered men, the answer to the question. No road. No thoroughfare. Neither race had won, nor could win, the War. The War had won, and would go on winning". Esta última frase resulto profética, la Primera Guerra Mundial solo fue un campo de pruebas para lo una Guerra total que vendría a mayor escala, mas muertos, más heridos y mas destrucción, después de esto nada sería igual.

MCMXIV by Philip Larkin (1922-1985)

Those long uneven lines
Standing as patiently
As if they were stretched outside
The Oval or Villa Park,
The crowns of hats, the sun
On moustached archaic faces
Grinning as if it were all
An August Bank Holiday lark;

And the shut shops, the bleached
Established names on the sunblinds,
The farthings and sovereigns,
And dark-clothed children at play
Called after kings and queens,
The tin advertisements
For cocoa and twist, and the pubs
Wide open all day--

And the countryside not caring:
The place names all hazed over
With flowering grasses, and fields
Shadowing Domesday lines
Under wheat's restless silence;
The differently-dressed servants
With tiny rooms in huge houses,
The dust behind limousines;

Never such innocence,
Never before or since,
As changed itself to past
Without a word--the men
Leaving the gardens tidy,
The thousands of marriages,
Lasting a little while longer:
Never such innocence again.



"I Have a Rendezvous with Death" by Alan Seeger

I HAVE a rendezvous with Death
At some disputed barricade,
When Spring comes back with rustling shade
And apple-blossoms fill the air—
I have a rendezvous with Death
When Spring brings back blue days and fair.

It may be he shall take my hand
And lead me into his dark land
And close my eyes and quench my breath—
It may be I shall pass him still.
I have a rendezvous with Death
On some scarred slope of battered hill,
When Spring comes round again this year
And the first meadow-flowers appear.

God knows 'twere better to be deep
Pillowed in silk and scented down,
Where love throbs out in blissful sleep,
Pulse nigh to pulse, and breath to breath,
Where hushed awakenings are dear...
But I've a rendezvous with Death
At midnight in some flaming town,
When Spring trips north again this year,
And I to my pledged word am true,
I shall not fail that rendezvous.

jueves, 14 de abril de 2011

Mary Beard en Washington


Mary Beard es una profesora de Cambridge, escritora, comunicadora y con un blog muy interesante que nunca me canso de leer(A Don's Life), especializada en la antigua Roma tiene dos libros sobre esta época, El triunfo de Roma y Pompeya, ambos publicados por la editorial Critica en español, participa en varios programas de televisión y por si fuera poco también escribe en el suplemento literario del periódico Times de Londres. Ahora la profesora esta por Washington donde participa en una serie de charlas sobre "los 12 Cesares, Imagenes del Poder desde la Roma Antigua hasta Salvador Dali", aquí un reportaje en el Washington Post sobre su visita y roguémosle a los Geek que cuelguen la charla. No sabía que El general Washington tenía una estatua parecida a la de Zeus en la ciudad capital, si había leído que se le consideraba el Cincinato de la joven República pero no una Deidad tipo Padre todopoderoso, que locura, bueno esto y algunos otros temas sobre la influencia de Roma en Estados Unidos son abordados por Mary Beard


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2011 Mellon Lectures feature Mary Beard’s take on ‘12 Caesars’ By Philip Kennicott.


When Mary Beard takes the stage of the National Gallery of Art on Sunday afternoon, she will join one of the most distinguished lists of intellectual luminaries ever assembled. Beard, who holds a chair in classics at Cambridge University, is a renowned lecturer, a brilliant communicator and a distinguished scholar. But the woman chosen to give the prestigious 2011 Mellon Lectures has also appeared on a reality television series, is an avid blogger, a frequent presence in English newspapers and the host of a BBC documentary series. If there are still rules about how far academics can stray from the Ivory Tower, she has probably breached them. Even more surprising, her work as a prosyletizer for the classics seems to come easily to her. Her blog, A Don’s Life, is written with an unstrained mix of the personal and professional, the chatty and the erudite. Her books — which include an introduction to the Parthenon, a history of the traditional Roman victory celebration, a general survey of ancient classical art (with John Henderson) and a guide to motherhood — never condescend or simplify, even when dealing with the minutiae of 2,000-year-old texts written in dead languages. Her first-person essays, which have explored fearlessly autobiographical subjects such as the death of her parents and being victim of a sexual assault, mix classical reference and daily observation without a trace of the ostentatious or didactic.


Her life as a public intellectual is seamless with her academic work. Established by the National Gallery of Art in honor of Andrew Mellon in 1949, the Mellon Lectures are Washington’s annual opportunity to see top scholars think in public. But the talks almost always end up published in book form, so their content must rise to a level that bears sustained scrutiny. Scholars tend to throw out topics with very grand-sounding names — Sources of Romantic Thought, or Art and Reality — but it’s rare that someone arrives with a subject quite so catnippy to local intellectual obsessions: “The Twelve Caesars: Images of Power From Ancient Rome to Salvador Dali.” Before you block off a half-dozen spring afternoons, however, it’s worth remembering one thing about Beard’s work: Her scholarship tends to dismantle as much as it constructs, and where others might find easy analogies between the imperial presidency and the old psychopaths who governed imperial Rome, Beard tends to see discontinuity, contradiction, misapprehension and faulty transmission of facts, names and just about everything else. At the end of her 2007 study of the Roman triumph — the traditional victory lap taken by vainglorious generals — she professed herself not very interested in the “why” of what the Romans were about when they paraded through the streets with captives, slaves and other booty on display.


The “why” of it was both unknowable and reductive, and after more than 300 pages of explaining why the “why” was elusive, she concluded thus: “It was also a cultural idea, a ‘ritual in ink,’ a trope of power, a metaphor of love, a thorn in the side, a world view, a dangerous hyperbole, a marker of time, of change, and continuity. ‘Why’ questions do not reach the heart of those issues.” Beard, 56, finds Washington a puzzling place. “It’s this whole city, built on this inheritance from Rome, and you can’t even see a bloody sarcophagus,” she says. And she’s right, mostly. The National Gallery of Art has an astonishingly rich collection, but nothing to speak of when it comes to ancient Greek or Roman art. And Washington’s architectural language and iconography may scream “ancient Rome,” but with more irony than clarity. “It’s terribly easy to say, and I’ve been guilty of this in the past, that America is modeling itself on Rome,” she says. “There isn’t a country in the West that hasn’t at some time said we’re the New Romans. But why Rome? What bit are we like?” For Beard, images of power are always complex. They aren’t always meant simply to overawe the masses, or give coherence to a ruler’s agenda. Often, they are meant to be reflected back at the ruler himself, a kind of existential confirmation that he is indeed the president of this, or emperor of that. And while Americans, and Washingtonians in particular, live surrounded by an overlay of Roman iconography, it’s not entirely clear why we once so fetishized the Caesars. An obvious and painfully embarrassing example of our uneasy relation to Rome is an infamous 1841 statue of George Washington, by Horatio Greenough. Commissioned for the 1832 centennial of Washington’s birth, it shows the father of the country bare-chested, enthroned on a classical chair and pointing heavenward, rather like a famous Greek statue of Zeus one can see at the Getty Museum in Los Angeles.


Although it sat on the East Lawn of the Capitol for more than 60 years, Greenough’s Washington never gained an audience. It was, somehow, ridiculous and obscene for an American hero to be depicted as a semi-naked deity. “There is a terrible problem for poor, old Greenough: How do you represent a president or an American you admire in Roman guise and not make him look like an emperor?” says Beard. The problem is exacerbated by the lack of Roman portraiture from the Republican era that preceded Julius Caesar and his adopted successor, the emperor Augustus. And it is made more difficult by the fact that even the Roman Republicans were hardly models for American politicians in the early years of the nation. “Here I am, an upstanding democrat, am I really like Cincinnatus?” asks Beard, referring to the Roman hero most often compared with Washington (and memorialized in the name of the Society of the Cincinnati, with its national headquarters on Massachusetts Avenue). But Cincinnatus, as described by Livy, wasn’t just a model of the dutiful citizen, he was saturated with patrician contempt for the masses. Greenough’s statue will make an appearance in Beard’s lectures, along with the fascinating story of an ancient Roman sarcophagus, purchased in the 19th century by an ardent admirer of Andrew Jackson. It was offered to Jackson for his final resting place, but Jackson refused. “Jackson writes back terribly huffy, saying ‘I’m not going to be buried in an emperor’s tomb,’ ” says Beard.



The odyssey of the sarcophagus after its rejection by Jackson, a restless journey from one B-list Washington spot to another, is as interesting to Beard as the provenance of the object itself. These stories, supplemented by others from the Renaissance and the Enlightenment, are part of a series of questions that Beard will explore. When did the mystique of Roman power iconography begin to fade? (Sometime around the First World War, with outliers well into the past century.) Beard says she also wants to take the public well beyond the familiar territory of marble busts, into other art forms, including painting, a rich trove of material she knows intimately from having studied Pompeii. Beard will also examine disparate other forms of art and iconography, including coins, ancient silver cups, tapestries, cookie molds, cameos and Renaissance painting. And she mentions a photograph, found by a respondent to her blog, of Franklin Delano Roosevelt at a toga party. “He wasn’t a kid” when it was made, she says. “Was that a joke? Was he being set up?” She is as much interested in transmission through the centuries of an image as she is in the original function or meaning of the image (which more often than not we can’t divine).


An example from her history of classical art shows how historical misunderstanding of ancient objects can create powerful new ideas and art, giving scholars layers upon layers of stories, none of which is privileged just because it is more or less ancient. When a statue of an old man, in what seems to be physical agony, was discovered during the Renaissance, it was assumed to be Seneca, the tutor and ultimately victim of Nero. So famous was Seneca’s forced suicide, in a bath, that someone decided to add a tub to the statue, to make the Senecan connection obvious. Peter Paul Rubens then based his 1608 painting of “The Death of Seneca” on the statue, which is now believed to represent an old fisherman. And thus an iconic image of stoicism and speaking truth to power is downgraded to peasant bathos, and one hunts in vain for it in the standard English-language visitor’s guide to the Louvre, where it was once a show-stopper. Beard’s skepticism is, in part, a reflection of an increasingly methodical way of doing business in the small subset of the humanities known as classicism. Judith Hallett, a classics scholar at the University of Maryland, says she admires most a book Beard wrote about another classicist, Jane Ellen Harrison, who died in 1928. It might seem like a meta-meta project, studying a woman who was one of the powerhouse academics during another century. But it was also about making sense of how the academy worked, how women could negotiate it, who won and lost in the game. And those aren’t necessarily inside-baseball questions. “Classics is fueled by what questions we decide to ask the ancient world,” says Beard. And the politics of the academy, and the society at large, help determine who does the asking, and what’s permissible. One might add, it’s also about who hears the question, and Beard is remarkable for how well she has managed to be heard beyond the confines of the academy. “If only we had someone like Mary here,” says Hallett, “because she is still in the classroom and still in the library, but she has this very vocal and influential role to play.” Garry Wills, the Pulitzer Prize-winning historian who says that he will read anything Beard writes, sees her as part of a particularly British tradition of erudition combined with “pride in literary style.” He admires her blog, which is “very chatty, and funny, brings the classics up to date.” But mostly he admires her tenacious sifting of evidence.


Classics, he says “is mostly recycling reports from the early days of admiring the great classical heroes and authors, and they are often very flimsily based.” Beard is willing to disappoint readers, and other scholars, who may want certainty where there is little more than propaganda and hagiography, often written centuries after the events took place. Tony Grafton, a scholar at Princeton University, borrows a distinction from the Yale historian Jack Hexter, who divided historians into “lumpers” and “splitters.” The former look for the big idea and see all evidence as lumped underneath it; the latter focus on detail, and generally chisel away at overarching theories, splitting in the name of accuracy rather than lumping in the interest of synthesis. Beard’s work, he says “is very granular, very precise,” which makes it all the more remarkable that she’s had the kind of public career she’s had. She’s a splitter’s splitter. “The splitters tend to get the most esteem within the academy,” he says, “while the lumpers get it outside.” Think, say, Jared Diamond, whose “Guns, Germs and Steel” offered a big-idea thesis that also hit the best-seller lists. But Beard, through elegant writing, and un­or­tho­dox routes of engaging the public, has managed the even more difficult challenge of being an academic splitter who is (in Britain, at least) a household name. And, says Wills, Beard has a sense of humor.


The first page of her book on the Parthenon includes a quote from Shaquille O’Neal, in response to the question of whether he had visited the Parthenon while in Greece. “I can’t really remember the names of the clubs we went to,” Shaq said. It’s a funny line, but it makes larger sense after reading Beard’s book, which takes on some of the larger ideological battles about the meaning and ownership of the most famous building from classical antiquity. The Parthenon, as idea, far transcends the mere Parthenon as building, and Shaq’s quote is a coy acknowledgment that we can never remember all the names of anything. “In more cases than you can imagine, we haven’t the foggiest clue when some of these images were made,” Beard says of a bust of the Roman emperor Commodus, also in the Getty Museum. “Some people get very frustrated,” she says. “Is it ancient, or is it 17th century? But that’s part of the excitement. We don’t know.”


Tomado del Washington Post, Lifestyle


http://www.washingtonpost.com/lifestyle/style/2011-mellon-lectures-feature-mary-beards-take-on-12-caesars/2011/03/21/AFfJExbB_story.html

martes, 8 de febrero de 2011

El vacio mundo de Marilyn y JFK

La autentica trinidad de Camelot era esta: Dar buena imagen, Patear Culos y echar polvos. Jack Kennedy fue el testaferro mitológico de una página particularmente jugosa de nuestra historia. Tenía un acento elegante y llevaba un corte de pelo sin igual. Jack fue asesinado en el momento óptimo para asegurarse la santidad y en torno a su llama eterna siguen girando las mentiras. Es hora de desmitificar una época y de construir un nuevo mito desde el arroyo hasta las estrellas. James Ellroy, America.


Esto es lo que logra el libro de Francois Forestier, desmitificar a una pareja que eran el símbolo y la imagen de una America de en sueño, una pareja que termina subiendo a los altares de la fama pero con un costo terriblemente alto. En el libro encontramos que todos los personajes que giran alrededor de JFK y Marilyn terminan ensuciándose un poco, ya sea con la mafia, con espias rusos, con agentes dobles, con informantes, con productores, con directores y con grandes escritores, aquí nadie se salva, todos terminan en la cama o captados por los micrófonos del paranoico J. E. Hoover sumo pontífice del FBI, enemigo jurado de la familia Kennedy. La lucha es descarnada, violenta, no se tomaran prisioneros, Jackie Kennedy es solo una pantalla para que el niño rico JFK logre captar la imagen de marido perfecto y de paso llegar a la casa blanca, gracias al dinero de su padre el ex embajador Joe Kennedy y Bobby (el hijo menor) llegase a ser el fiscal general, sin tener una pizca de experiencia como abogado litigante. Por Marilyn lo único que se puede sentir es compasión, una mujer frágil, vacía, necesitada de amor, que confunde el amor con la atención, nunca puede mantener una relación estable, las fiestas, las pastillas, las noches de juerga, los compañeros de paso, esos encuentros casuales, amantes instantáneos, le confesara a su psicoanalista que nunca ha sentido un orgasmo, todo su vació lo compensa con analgésicos, narcóticos, sedantes somníferos, está atrapada, su búsqueda de ayuda solo termina hundiéndola mas, de nada sirven los consejos de Lee Strasberg, con quien habla por teléfono todo el día, ni las indicaciones de Ralph Greenson, nunca la ayudan, solo la convierten en una caricatura. Aunque el titulo lleva solo dos nombres, el libro es una mezcolanza de personajes que pertenecen a esta era, por momentos te puedes perder por los nombres de tantos famosos de Hollywood o personajes secundarios pero la saga del romance prohibido muy bien vale la pena, al final terminas conociendo mucho mas de la política estadounidense y el corrupto mundo de los famosos. libro muy interesante, puede que en algunos momentos se pierdan con tantos nombres de actores y peliculas, pero hay una buena carga de informacion sobre los detras de camaras, muy recomendado.

Nota. La foto de la revista Life es un montaje, pero si era parte de los sueños de Marilyn.


miércoles, 12 de enero de 2011

Kuroshio Sea

Un video fantastico por Jon Rawlinson,

martes, 11 de enero de 2011

Libros del Mes, Marilyn, JFK y Champollion



Hoy voy a compartir las compras del mes, después de una plática muy interesante sobre Marilyn Monroe y el Presidente JFK, me decidí por el libro del periodista y crítico de cine francés François Forestier, espero que no sea solo puros chismes calientes y conspiraciones, pero de tanto que se oye por ahí que ya me dieron ganas de sacar mi lado morboso y averiguar si tantas cosillas de Marilyn y el Presidente so verdad, espero que este bien documentado, todo el morbo, chismes y voyerismo tiene que tener un fin, una verdadera conclusión, así que veremos que nos prepara el autor.

El segundo libro es El egiptólogo de Christian Jacq, me gusta más su título original Champollion en Egiptólogo, no he querido buscar mucha información sobre la novela, el tema de la piedra Rossetta y su descifrador Champollion es una de mis aventuras favoritas, también será la primera novela que lea de este autor, se mira que es muy prolífico, pero no hay ninguno de sus títulos que me llame la atención por ahora.

Hay un articulo en el peridico el Pais sobre el libro de François Forestier, tambien se puede leer el primer capitulo en la pagina de la editorial Aguilar

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REPORTAJE: UN ASUNTO PRESIDENCIAL
Kennedy y Marilyn, en la bañera
Ella, una adicta a las pastillas que se lavaba poco. Él, un hombre sin moral que se 'acostó' con medio Hollywood. Así retrata François Forestier la relación entre el presidente y la 'sex symbol'
JOSEBA ELOLA 17/01/2010

Diciembre de 1962. John Fitzgerald Kennedy se toma el domingo libre y acude a casa de su cuñado, Peter Lawford, que, además de cuñado y actor, es su celestino, el que le procura todas sus amantes. Allí le espera Marilyn.

JFK tiene problemas de espalda, lleva un corsé, pero se lo quita para entrar en la bañera de agua caliente junto a su amada. Marilyn monta sobre The Prez, que así es como llama en la intimidad al presidente de los Estados Unidos de América. Al cabo de un rato, Peter Lawford entreabre la puerta y toma unas fotos con su cámara Polaroid. El presidente sonríe, Marilyn hace muecas. Mientras los dos amantes intercambian confidencias en la habitación, los hombres de Hoover, el todopoderoso jefe del FBI, escuchan las conversaciones con sus auriculares mientras comen pizza. Hay micrófonos instalados por todas partes.

Éste es uno de los múltiples encuentros secretos que el periodista francés François Forestier narra en Marilyn y JFK (Aguilar), obra que recrea la relación entre la gran sex symbol del siglo XX y el mítico presidente. "Es un libro que cuenta una historia", dice por teléfono desde París el periodista del semanario Le Nouvel Observateur, "no es una obra periodística, ni un libro de historia". Eso sí, asegura que no hay una sola línea de ficción. Que todo lo que cuenta está respaldado por documentos desclasificados del FBI y la CIA, por la abundante bibliografía relacionada con el tema, por archivos que están a disposición de cualquiera que quiera verlos y por las entrevistas con testigos directos que él ha realizado a lo largo de años. El periodista francés, especializado en cine, cuenta que la historia de esa Polaroid de Peter Lawford se conoció gracias al vecino de J. Edgar Hoover. El todopoderoso jefe del FBI guardaba en su casa documentos comprometedores de algunos de los espiados por su red de informadores. Entre otros, la foto de Kennedy y Marilyn en la bañera. Al morir Hoover, su vecino la encontró en la basura. Allí estaba la prueba de aquel encuentro. "Esas fotos existen. Circulan", dice Forestier.

Son pocas las imágenes que se conocen de la pareja, que, según Forestier, mantuvo una relación intermitente a lo largo de años. Los servicios secretos y los propios Kennedy se encargaron de borrar las pistas de esa relación. "Lo eliminaron todo para mantener el mito viviente, los Kennedy eran intocables", sostiene Forestier. La imagen que acompaña a este reportaje es una de las pocas que se conocen. Es el resto de un carrete que fue eliminado. En la instantánea aparecen John y Bobby Kennedy, con quien también se enrolló Monroe, según cuenta el libro. Fue tomada en casa de Arthur Krim, tesorero del Partido Demócrata, pocas horas después de la más lasciva demostración en público de su relación, el irrepetible Happy birthday, Mr. President.

Forestier habló con algunos de los que estuvieron entre bastidores aquella mítica noche en el Madison Square Garden, la de la celebración del 45 cumpleaños del presidente. Cuenta que a Marilyn se le rompió el vestido y que los allí presentes apreciaron que no llevaba ropa interior. Le habían remendado el vestido -de 12.000 dólares- en el camerino, pero éste no tardó en resquebrajarse mientras Marilyn cantaba a su Mr. President.

Conseguir que la estrella subiese al escenario aquella noche fue costoso. Tuvo que secuestrarla Peter Lawford del rodaje de Something's got to give -la película que no llegó a terminar- presentándose con un helicóptero. La llamada de Bobby Kennedy al jefazo de la Fox, Milton S. Gould, pidiendo que dejara escapar a la actriz "por una cuestión de Estado" no fue suficiente. Y JFK tenía claro que esa noche Marilyn era su regalo de cumpleaños.

Jacqueline Kennedy, la primera dama, harta ya de la historia de Marilyn, y sin ninguna gana de ser humillada ante 15.000 espectadores, se largó a pasar la noche de cumpleaños de su marido a Glen Ora, la residencia de fin de semana. A montar a caballo.

Marilyn y JFK cuenta una historia de espías. Porque si algo había en casa de Marilyn -y en los lugares que más frecuentaba- era micrófonos ocultos. Si alguna vida fue escudriñada, ésa fue la de la protagonista de la inolvidable Con faldas y a lo loco. El FBI, la CIA, la Mafia; el jefe del sindicato de transportes, James Hoffa; su marido celoso, DiMaggio. Amigos y enemigos de Kennedy la espiaban. Y el carismático presidente tenía muchos enemigos. Tal como cuenta Forestier, llegó al poder aupado por su padre, Joe Kennedy, que prometió favores a la Cosa Nostra cuando su hijo llegara a presidente. La Cosa Nostra comprobaría poco más tarde cómo el hermano pequeño, Bobby, cimentaba su carrera a base de hostigar a los mafiosos. Se sintió engañada. Empezó a trabajar.

El libro de Forestier hace un retrato absolutamente desmitificador de sus dos protagonistas. Marilyn es presentada como una mujer desequilibrada y drogadicta que no cuida nada su higiene personal y, además, es frígida. Kennedy, como un tipo sin ninguna moral, un niño pijo acostumbrado a que nadie le diga nunca que no, un egoísta recalcitrante que desprecia los sentimientos ajenos. Se acuesta con medio Hollywood, cuenta el libro. Y sufre eyaculación precoz. Angie Dickinson, una de sus múltiples amantes, recuerda su intercambio de fluidos con JFK como veinte inolvidables segundos.

La noticia del aborto de Jackie Kennedy ante la que John ni se despeina, prosiguiendo sus vacaciones en barco con un cargamento de chicas; el pago de 75.000 dólares a la revista Time por parte de Joe Kennedy, el patriarca de la familia, para lanzar la carrera de su hijo hacia la presidencia; el consumo de LSD por parte de Kennedy poco antes de la invasión de Bahía de Cochinos; la violación que Marilyn sufre, borracha y abotargada de pastillas, por parte del mafioso Mooney Giancana. El libro recorre sin cortapisas los episodios más escabrosos de la biografía de ambos mitos. "Soy partidario del espíritu de James Ellroy", explica Forestier, "hay que mirar detrás de los mitos. Hollywood es un mundo corrupto, sin moral. La política, también. Con Marilyn y JFK, estos dos mundos sucios se encuentran".

Forestier asegura que su libro no incluye grandes revelaciones. Que prácticamente todo lo que narra ya había sido contado, a trocitos, en los múltiples libros que han abordado de forma tangencial el tema. Faltaba que alguien articulara el gran relato, dice. "Nadie ha contado esta historia", sostiene sin asomo de dudas. Atribuye esta circunstancia al pacto de silencio que durante años suscribieron los medios, que tuvieron material publicable entre sus manos, pero renunciaron a hacerlo. Y a la eliminación de grabaciones, fotos y documentos a la que los propios Kennedy contribuyeron. Así fue en una primera etapa. Pasados los años, dice, todo el mundo dio por hecho que su historia ya estaba contada.

François Forestier escribe críticas e informaciones de cine para el semanario Le Nouvel Observateur. A sus 62 años, es un hombre fascinado por el Hollywood clásico. "No por el de Scarlett Johansson", matiza. Se ha tirado media vida entrevistando a los grandes del cine. Muchos de ellos, como John Huston, le fueron contando historias de Marilyn que empezaron a germinar en su cabeza. Autor de autobiografías de Howard Hugues, Aristóteles Onassis y Martin Luther King, además de novelista, declara su fascinación por esta historia entre dos niños egocéntricos, entre una mujer, tal y como la describe, vacía y un hombre sin moral. "Kennedy era un niño rico, con la arrogancia del niño rico que piensa que no le puede pasar nada. Pensaba que aunque se descubrieran las partes más oscuras de su biografía, nunca pasaría nada".

Marilyn conoció a Kennedy en 1954, en una fiesta en casa del productor Charlie Feldman. Una fiesta a la que acudió con su marido Joe DiMaggio, en la que bailó acaramelada con su admirado Clark Gable y en la que deslizó un papel con su número de teléfono en la chaqueta del entonces joven senador norteamericano.

Durante ocho años se sucedieron los encuentros entre ambos. El 24 de mayo de 1962, Monroe recibe la llamada del celestino Peter Lawford.

-Se acabó, Marilyn. No debes intentar ponerte en contacto de nuevo con el presidente. No debes volver a verlo, ni llamarlo por teléfono.

Ante las lágrimas de la estrella, Lawford zanja la cuestión.

-Marilyn, sólo has sido un polvo para Jack.


Tomado de El PAIS,

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Kennedy/Marilyn/banera/elpepusocdmg/20100117elpdmgrep_9/Tes?print=1

domingo, 9 de enero de 2011

Libros sobre Marilyn Monroe y una oracion por Norma Jeane

Lo siento no me gustan las rubias, y no es por lo que dicen que las rubias son tontas y todo lo demás, es simplemente cuestión de gusto, las prefiero morenas, tal ves hable así porque no he conocido una rubia que me mueva el tapete (huy que me oyera mi señora, la de san quintín que se armaría). Volviendo al tema de la rubias y los mis extraños gustos, hay una rubia que me llama la atención, Marilyn Monroe, pueda ser porque crecí viendo sus películas los Domingos por la noche o por lo que decían mis amigos de primaria sobre ella, que por derechos de autor no puedo reproducir en estas líneas, por años la vi como un sex symbol, una diva o esa bella sonrisa y nada mas, pero cuando llegue a la universidad me cayo en mis manos una antología de poemas de Ernesto Cardenal, su Oracion por Marilyn Monroe, me hizo ver lo frágil que era, como lo somos todos, y esa humanización que se siente en el poema del padre Cardenal me abrió mas los ojos hacia su belleza interna, a sentir compasión por la joven muchacha, confundida y destrozada, que necesitaba ser verdaderamente amada. Hoy hablando con unos amigos sobre el libro de Marilyn y JFK, caímos en cuenta que se ha escrito mucho sobre ella pero no he leído ninguno de los muchos títulos que hay sobre la vida y milagros de Norma Jeane Mortense. Les dejo primero el poema del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal y después u pequeño articulo sobre la publicación en español del libro de J. Randy Taraborrelli.




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ANTES DE 'SEX SYMBOL', LA ESTRELLA DE HOLLYWOOD FUE HIJA NO DESEADA, NIÑA DE ACOGIDA Y ESPOSA MALTRATADA

Un nuevo libro airea el pasado tormentoso de Marilyn Monroe

Domingo, 9 de enero - 00:00h.
MADRID

No fue una diosa. Fue la diosa. Pero también una muñeca rota, una hija no deseada, una niña de hogares de acogida, una esposa maltratada, una actriz minusvalorada, una madre frustrada, una adicta a las pastillas y a las drogas, una desgraciada. Escrita por J. Randy Taraborrelli y editada en España por Mosaico, La vida secreta de Marilyn Monroe repasa con todo lujo de (morbosos) detalles los aspectos más íntimos de la estrella más bella y una de las más fugaces de Hollywood.

Ni siquiera en el día en que nació, el 1 de julio de 1926, a la preciosa Norma Jeane Mortensen le dieron la bienvenida al mundo. Sin rastro de su padre, su madre era una mujer con severos problemas mentales (esquizofrenia paranoide) de los que no se quiso tratar por sus creencias religiosas. El destino de Norma Jeane fueron las casas de acogida y los brazos ajenos. A los 7 años, la futura estrella «ya tenía problemas para relacionarse con los demás», explica el autor. «Era tímida e introvertida», continúa. Cuando la dejaron en un orfanato (otro más) sentía que la llevaban «a la cárcel». El libro, sin embargo, incluye declaraciones de los responsables del centro que niegan que su vida fuera una tortura.

Precisamente fue la urticaria a esos centros lo que la empujó a casarse con alguien a quien no amaba: Jim Dougherty, por quien, incluso, dejó sus estudios. En aquella época, Norma Jeane intentó hablar por teléfono con su supuesto padre. Él le colgó sin más. Sin embargo, Taraborrelli recoge declaraciones del hijo de Charles Stanley Gifford negando tanto que eso ocurriera como la presunta paternidad.

MODELO SOLICITADA / Tras la petición de un fotógrafo militar para que posara para una película dirigida al Ejército, la bellísimaNorma Jeane se convirtió en una modelo solicitada. Y, tras un tiempo, pasó a ser Marilyn Monroe. Para horror de su marido controlador. Tampoco su segundo esposo, Joe DiMaggio le dio alas. Él era «más que un simple jugador de béisbol, un icono cultural», dice el autor. Había amor. Muchisímo. Pero al final desapareció dando paso a los golpes. Él quería una mujer hogareña, un ama de casa, una sumisa. Y se encontró con el símbolo sexual número uno. Tras un romance con Frank Sinatra, que estaba devastado tras la ruptura con Ava Gardner, Marilyn volvió a casarse con el dramaturgo Arthur Miller. La ceremonia civil duró cuatro minutos. El amor entre ellos, algo más. Hasta el día en el que Marilyn descubrió que su esposo había escrito en su diario que se arrepentía de haberse casado con «una niña y no con una mujer».

La vida secreta de Marilyn también deja claro que no hay pruebas que confirmen que la protagonista de La tentación vive arribatuviera un largo romance con el presidente Kennedy. «Solo compartieron una o dos noches», asegura Taraborrelli.

La muñeca rota, que no llegó a ser madre y que fue internada en un psiquiátrico, se rompió definitivamente el 4 de agosto de 1969. Era una estrella, pero también «una mujer asustada sumida en el remolino de su enfermedad mental».

Tomado del El Periodico

http://www.elperiodico.com/es/noticias/gente/20110109/nuevo-libro-airea-pasado-tormentoso-marilyn-monroe/655957.shtml

jueves, 6 de enero de 2011

De que hablan Byron y Dario


En una calle de la ciudad de México, todas las noches Lord Byron y Rubén Darío se encuentran para debatir un poco, platicar, chismear o tal vez solo pasar el rato, hacer algún comentario sobre lo que miran a diario en las calles de Lord Byron con Ruben Dario. Les dejo un artículo de Nicolás José para la revista Letras Libres sobre estos dos grandes de la Literatura y las calles que llevan su nombre en la gran ciudad de Mexico.

Lord Byron esquina con Rubén Darío



De qué hablarán los fantasmas de Lord Byron y Rubén Darío cuando se encuentran en Polanco al pie de los jardines de Chapultepec.

¿Quién conoce los nombres que camina?



Casi toda la vida consciente de George Gordon, Lord Byron, transcurrió en tiempos Napoleónicos. No resulta tan sorprendente, por lo tanto, que nunca conociera París. Ni que fuera la Pimpinela Escarlata para pasear su noble -aunque tullida- silueta por las calles de Faubourg Saint-Germain. Tampoco le importó mucho una vez exiliado el monstruo. Ni siquiera la compasión lo llevó a la ciudad de las luces cuando, en 1816, su otrora amante, Caroline Lamb, desesperada porque la visitara, destruyó su cuarto de hotel, valiéndose de muebles, tazas y candeleros como proyectiles. Al poco tiempo Byron abandonó Inglaterra para siempre. Años antes había escrito a un amigo: “Nunca viviré ahí, no es país para mí, el por qué debe permanecer secreto”. Nunca pudo revelarse a sí mismo ese por qué, ni en Caín, ni en Mazeppa, ni en Don Juan, ni en todas sus Peregrinaciones de Childe Harold. Pero el secreto siempre estuvo ahí: cuando cruzó nadando el Helesponto; en el verano al pie del Lago Lemán con los Shelley; en el invierno en que su amante analfabeta se tiró al Gran Canal de Venecia, incapaz de vivir con el desprecio del poeta. “Feroz y hermoso cometa” dejó una estela adúltera, incestuosa, sodomita. Escribió con todo el cuerpo y así buscó la gloria, soñándose libertador de suliotas. La enfermedad asaltó al recién nombrado Generale Noel Byron, antes que él pudiera asaltar la fortaleza de Lepanto. En la claridad que antecede la muerte, invocó: “Mi esposa, mi tierra, mi hija”.

Félix Rubén García Sarmiento, estilado Rubén Darío, en cambio, desde niño soñó con París. Para él ya era la capital del siglo diecinueve. “Cuando en la estación de Saint Lazare pisé tierra parisiense”, relata, “sentí que hollaba tierra sagrada”. Antes había pasado por casi todo Centroamérica, Cuba, España, Nueva York, Buenos Aires. Pero sus viajes no eran aventureros, más bien hueseros, como parte de tal o cual legación, encargado de empezar éste u otro periódico, o como cónsul honorífico, ya de Colombia, ya de su natal Nicaragua. Pero siempre se sintió raro. No así en la ciudad “del Arte, de la Belleza y de la Gloria, reino del ensueño”. Ahí se sentía ciudadano predilecto, ahí pasó los años divertidos de su alcoholismo junto a Gómez Carrillo y Alejandro Sawa. Aunque nunca pudo mantener una conversación con su ídolo Verlaine. Cada vez que intentaban presentárselo, el “padre y maestro mágico”, el “liróforo celeste”, estaba más borracho que él. Vivió por liberar el pájaro azul enjaulado en su cerebro y su inconmensurable destreza y talento eran el pan de los “jóvenes modernistas, más o menos melenudos”. Pero su deseo de pertenencia nunca lo abandonó. Tal vez por eso él sí procuró nupcias con su amante analfabeta, aunque a la postre también la abandonara para irse a morir a Nicaragua.

La Autobiografía y la Historia de mis libros de Darío son documentos muy bien ensayados en los cuales se cita a sí mismo constantemente como fuente de autoridad y veracidad. Están pensados y escritos para que la posteridad lo consagre como el príncipe de las letras castellanas, en la gran narrativa de nuestra literatura. Todo le sucede a él primero: conoció personalmente a Martí y a Julián del Casal, pero solo a él le tocó “iniciar el modernismo”; disque a él y no a Rodó se le ocurrió primero, también, la división entre Ariel y Calibán para describir los poderes en juego en Estados Unidos y América Latina; caramba, hasta la revolución mexicana empezó a la sombra de su presencia en Veracruz, con la muchedumbre levantada dando “vivas a Rubén Darío y a Nicaragua”. Gracias por todo, Rubén, gracias.

Nunca sabremos, por otro lado, cómo sería la autobiografía de Byron. A la par de sus fecundas relaciones epistolares y su frenético afán de registrar todo lo que le acontecía en su diario, escribió dos volúmenes de memorias cuya publicación confió a su amigo Tom Moore. Hubo violentas discusiones sobre la propiedad y destino de los dos volúmenes entre el mismo Moore, Hobhouse (otro íntimo amigo), un representante de su esposa y de su hija, un representante de la media hermana (también amante y madre de otra hija) y el editor Murray. En contra de la voluntad de Byron, y a pesar de los proyectados beneficios económicos que rendiría la publicación, decidieron destruirlos por el bien de todos. Poco a poco los fueron deshojando, auto de fe en la chimenea, sólo dos de ellos las habían leído.

No sé de qué hablarán sus fantasmas cuando se encuentran en Polanco al pie de los jardines de Chapultepec. Fue una mala idea. No se caerían bien. Byron despreciaría a Darío, lo llamaría “poeta domesticado”, como llamaba a Wordsworth. Darío balbucearía cualquier cosa incomprensible de perfecta prosodia. A no ser que hablen de los animales que atormentaron sus últimos años. Darío, durante su misión en Madrid, a veces llegaba tan borracho de ajenjo del Café Barbieri o del Chicote, que imaginaba que lo atacaban los leones de mármol que vigilaban la puerta del consulado nicaragüense en la calle de Serrano. Eran leones de la muerte con la que vivía obsesionado. Tenía que salir un empleado a conducirlo a la casa. No es casualidad que su tumba en la Catedral de Managua esté resguardada por un poderoso león. Byron vivía temeroso de los ojos de un águila que hirió de muerte en Vostitza en 1809. Intentó salvarla pero no pudo. Antes de esto interpretaba el águila en vuelo como símbolo de su propia grandeza. Hacia el final, se le aparecía el brillo de esos ojos, multiplicado por docenas, y sentía un violento aleteo.

Puede ser que hablen de animales, el zoológico queda cerca. Pero probablemente se ignoran o, a lo mucho, escriben odas a los vecinos que batallan por un predio.

- Nicolás José .








Tomado de Letras Libres,



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