Todo comenzó cuando un miembro de la realeza visito el museo y vio la pieza, quedo tan admirado que los arqueólogos no pudieron retractarse, por no dejar al príncipe en ridículo.
Las pruebas en que se basa Stierlin son las siguientes:
-El busto no tiene el ojo izquierdo, una ofensa grave para una imagen que represente a un miembro importante de la realeza.
-Los hombros fueron cortados de manera vertical, una práctica que data del siglo XIX mientras que los egipcios lo hacían de manera horizontal, además que la facciones y estilo parecen más del art nouveau que el egipcio.
-No hay reportes del descubrimiento por el equipo de arqueólogos francés durante las excavaciones, y los reportes son posteriores hasta 1923. Algo raro ya que si se encontró en tan buen estado debido haberse descrito el hallazgo del busto en tan buen estado de conservación.
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