Ilya U. Topper Estambul
Actualizado domingo 05/12/2010
Tiene la voz suave y apasionada, como si estuviera a punto de romper a cantar en cualquier momento. Yasmin Levy prefiere hablar en inglés, pero cuando intercala alguna frase en castellano, lo hace con fluidez, sin acento, como si fuera su idioma. De hecho, es su idioma: el que eligió para cantar, para escribir las letras de sus canciones.
"Sólo cuando escribo en español puedo ser loca, puedo ser Yasmin", dice. Nadie lo habría imaginado: Yasmin Levy nació en Jerusalén hace 34 años. Su padre, sefardí, era oriundo de Turquía pero murió cuando la niña tenía poco más de un año; su madre es judía de origen turco. Pero el idioma con el que creció Yasmin fue el hebreo, oficial en Israel. "El ladino se convirtió en el idioma secreto de los padres: lo hablaban cuando querían que los niños no les entendiesen", recuerda Yasmin.
El puente parecía roto, pero a los 17 años, Yasmin llegó a Sevilla. "Aprendí español en un mes. No lo había planificado, cuando llegué no sabía decir ni hola. Pero las lenguas se me dan bien", sonríe. Y al saber castellano, de repente, pudo entender el legado que le dejó su padre, el musicólogo Yitzhak Levy: 10 libros con canciones litúrgicas y otros cuatro de romances, todo en ladino, el español del siglo XV que aún hablan unos 150.000 sefardíes de los Balcanes, Turquía y Marruecos, casi todos ahora en Israel. "Él dedicó su vida a preservar esta música. Hacía venir a gente para que cantasen, lo apuntaba todo, luego lo cantaba y grababa él. Yo me crié escuchando su voz".
Yasmin aún está emocionada con la noticia que le acaban de dar: que la ciudad de Manisa, donde nació Yitzhak Levy, le dedicará una calle. "Después de venir de España en 1492, la familia de mi padre se quedó unos 500 años en Manisa; huyeron a Israel en 1922, cuando los griegos quemaron la ciudad; él tenía tres años", recuerda Yasmin. Será imposible localizar la casa donde nació: ya no quedan sefardíes en Manisa. "Pero elegiremos una calle del antiguo barrio judío y le pondremos su nombre. Es el mayor regalo que me han podido hacer", asegura, radiante.
"Quiero expresarme yo misma. Y cuando lo hago escribo en español moderno: el ladino es algo sagrado para mí, intento no tocarlo".Todo esto, a pesar de que el ataque a la flotilla de Gaza ha destrozado las relaciones entre Turquía e Israel. En ambos lados: "Yo vine a cantar aquí precisamente en aquel momento y en Israel hubo quien me dijo que eso estaba mal. Yo respondí que iba a ir otra vez y otra y otra. Yo soy música, no política, e iré donde la gente quiera escucharme. Además, Turquía es el país que aceptó mis raíces, mi familia. Eso no lo olvidaré nunca. Es como una segunda patria para mí". Y ella es, sin duda, algo así como una hija para las parejas de ancianos sefardíes de Estambul que la escuchan desde el patio de butacas y rompen a reír cuando ella cuenta en castellano ―antes de repetirla en inglés― una divertida anécdota que sirve de prólogo a sus casi siempre tristes canciones. El español es su idioma de escenario.
No quiere opinar de política, pero hablan los hechos: ha compartido álbum con la cantante egipcia Natasha Atlas y en la banda que la acompaña hoy ―guitarrra, bajo, cajón flamenco, batería, violín...― hay músicos de cinco países. En los últimos años ha juntado en el escenario a "Armenia, Turquía, Grecia, Israel, Irán, España, Inglaterra, Escocia, Paraguay, Ghana..." Aunque entre los primeros cinco países hay cuatro amagos de guerra, aquí "no hay lugar para pelearse: hacemos música".
"Soy el resultado de esta mezcla de culturas"
Una música nada purista. "Siempre mezclo. Me crié en Jerusalén, que es un horno de fundición, con gente de todas partes, con musulmanes, cristianos, judíos, ateos... De niña olía todo tipo de fragancias, de comidas. Soy un resultado de esta mezcla de culturas". Pero cuando Yasmin quiere ensayar una canción nueva "en primer lugar voy a ver a mi madre. Voy a su cocina, le pido que me cante y la grabo. Luego voy a los libros de mi padre y luego estoy abierta a sugerencias", describe el proceso creativo.
"Mi madre solía cantar para mí mientras cocinaba o limpiaba ―había aprendido las canciones sefardíes de él― y así es como siempre se ha transmitido esta música: en la cocina, de madres a hijas". Desde luego, Yasmin no hace caso a las normas ortodoxas según las que una mujer no puede cantar ante hombres. "Eso lo dice la religión, pero los sefardíes son mucho más abiertos".
No todo es tradición: en cada álbum que lanza, Yasmin intercala las cantigas tradicionales ―"que canto con respeto, casi temor"― con sus propias creaciones. "Quiero expresarme yo misma. Y cuando lo hago escribo en español moderno: el ladino es algo sagrado para mí, intento no tocarlo".
Descubrir la copla fue una revelación: es desmesurada la emoción que derrocha al cantar 'La hija de Juan Simón', de Antonio Molina. Y con su último disco, 'Sentir', se lanzó de cabeza al flamenco, tanto que lo editó en 2009 el productor español Javier Limón. En estos ritmos, Yasmin redescubre algo así como un hijo perdido. "La raíz del flamenco son las canciones litúrgicas judías, lo que se cantaba en la sinagoga en España. También están las liturgias musulmanas de la mezquita y la escala que los gitanos trajeron de la India. La mezcla de estos tres elementos creó el flamenco".
Y ahora sí, Yasmin Levy se arranca a cantar en la entrevista, modula un canto judío religioso, luego la llamada a la oración musulmana, finalmente un 'quejío' flamenco... "¿Ves? Es el mismo sonido...". Judío o no es lo que menos importa: "Gran parte de las canciones que hoy se llaman sefardíes y que yo canto eran originalmente cristianas, pero sólo los judíos las preservaron. Los judíos amaron España, y la siguen amando. Cuando se les obligó dejar el país, lo único que se pudieron llevar eran estas canciones y la lengua". La lengua en la que Yasmin Levy, cinco siglos después, puede volver a ser ella misma.
tomado del periodico el Mundo,
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/03/cultura/1291377894.html
Grenfell Tower and the Fire of Rome
Hace 7 años
1 comentario:
No conocia a este hermosa cantante asì que gracias por haberme introducido a su musica!
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