Lo siento no me gustan las rubias, y no es por lo que dicen que las rubias son tontas y todo lo demás, es simplemente cuestión de gusto, las prefiero morenas, tal ves hable así porque no he conocido una rubia que me mueva el tapete (huy que me oyera mi señora, la de san quintín que se armaría). Volviendo al tema de la rubias y los mis extraños gustos, hay una rubia que me llama la atención, Marilyn Monroe, pueda ser porque crecí viendo sus películas los Domingos por la noche o por lo que decían mis amigos de primaria sobre ella, que por derechos de autor no puedo reproducir en estas líneas, por años la vi como un sex symbol, una diva o esa bella sonrisa y nada mas, pero cuando llegue a la universidad me cayo en mis manos una antología de poemas de Ernesto Cardenal, su Oracion por Marilyn Monroe, me hizo ver lo frágil que era, como lo somos todos, y esa humanización que se siente en el poema del padre Cardenal me abrió mas los ojos hacia su belleza interna, a sentir compasión por la joven muchacha, confundida y destrozada, que necesitaba ser verdaderamente amada. Hoy hablando con unos amigos sobre el libro de Marilyn y JFK, caímos en cuenta que se ha escrito mucho sobre ella pero no he leído ninguno de los muchos títulos que hay sobre la vida y milagros de Norma Jeane Mortense. Les dejo primero el poema del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal y después u pequeño articulo sobre la publicación en español del libro de J. Randy Taraborrelli.
Un nuevo libro airea el pasado tormentoso de Marilyn Monroe
No fue una diosa. Fue la diosa. Pero también una muñeca rota, una hija no deseada, una niña de hogares de acogida, una esposa maltratada, una actriz minusvalorada, una madre frustrada, una adicta a las pastillas y a las drogas, una desgraciada. Escrita por J. Randy Taraborrelli y editada en España por Mosaico, La vida secreta de Marilyn Monroe repasa con todo lujo de (morbosos) detalles los aspectos más íntimos de la estrella más bella y una de las más fugaces de Hollywood.
Ni siquiera en el día en que nació, el 1 de julio de 1926, a la preciosa Norma Jeane Mortensen le dieron la bienvenida al mundo. Sin rastro de su padre, su madre era una mujer con severos problemas mentales (esquizofrenia paranoide) de los que no se quiso tratar por sus creencias religiosas. El destino de Norma Jeane fueron las casas de acogida y los brazos ajenos. A los 7 años, la futura estrella «ya tenía problemas para relacionarse con los demás», explica el autor. «Era tímida e introvertida», continúa. Cuando la dejaron en un orfanato (otro más) sentía que la llevaban «a la cárcel». El libro, sin embargo, incluye declaraciones de los responsables del centro que niegan que su vida fuera una tortura.
Precisamente fue la urticaria a esos centros lo que la empujó a casarse con alguien a quien no amaba: Jim Dougherty, por quien, incluso, dejó sus estudios. En aquella época, Norma Jeane intentó hablar por teléfono con su supuesto padre. Él le colgó sin más. Sin embargo, Taraborrelli recoge declaraciones del hijo de Charles Stanley Gifford negando tanto que eso ocurriera como la presunta paternidad.
MODELO SOLICITADA / Tras la petición de un fotógrafo militar para que posara para una película dirigida al Ejército, la bellísimaNorma Jeane se convirtió en una modelo solicitada. Y, tras un tiempo, pasó a ser Marilyn Monroe. Para horror de su marido controlador. Tampoco su segundo esposo, Joe DiMaggio le dio alas. Él era «más que un simple jugador de béisbol, un icono cultural», dice el autor. Había amor. Muchisímo. Pero al final desapareció dando paso a los golpes. Él quería una mujer hogareña, un ama de casa, una sumisa. Y se encontró con el símbolo sexual número uno. Tras un romance con Frank Sinatra, que estaba devastado tras la ruptura con Ava Gardner, Marilyn volvió a casarse con el dramaturgo Arthur Miller. La ceremonia civil duró cuatro minutos. El amor entre ellos, algo más. Hasta el día en el que Marilyn descubrió que su esposo había escrito en su diario que se arrepentía de haberse casado con «una niña y no con una mujer».
La vida secreta de Marilyn también deja claro que no hay pruebas que confirmen que la protagonista de La tentación vive arribatuviera un largo romance con el presidente Kennedy. «Solo compartieron una o dos noches», asegura Taraborrelli.
La muñeca rota, que no llegó a ser madre y que fue internada en un psiquiátrico, se rompió definitivamente el 4 de agosto de 1969. Era una estrella, pero también «una mujer asustada sumida en el remolino de su enfermedad mental».
Tomado del El Periodico
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